Opinión

ORLANDO DICE

Voto obligatorio

¿DE GALLINA O DE PAVA?- No se sabe quién puso el huevo del voto obligatorio, aunque sí el granjero que lo cacareó. Pudo haber sido el PRM, pero no debe olvidarse que tiene su nido en un gallinero, y tan generoso en su acogida que hasta permite que la pava ponga, y ya no ponía. Se entrevé la posibilidad fuera parto de los aliados. Y por lo siguiente. En las propuestas originales del PRM no figuraba el voto obligatorio, y esas sugerencias fueron consignadas hace tiempo, e incluso aprobadas por el organismo correspondiente. Entonces Alfredo Pacheco no era Moderno, y mucho menos diputado. Era presidente del PRD en la capital. Aunque lo mejor del caso, según la circunstancia, no es si el huevo del voto obligatorio es de gallina o de pava, pues al gallo del solar, tan macho, no se le resiste una o la otra. Lo mejor es que ilustra cómo se mata un gallo en la funda, o se evita que llegue a la gallera…

RÁPIDA Y UNÁNIME.- Ninguna de las iniciativas que se barajan en relación con las leyes de Partidos y Electoral provocó reacción tan rápida y unánime. La sola mención fue suficiente para que se desataran los mil demonios, y en esas condiciones difícilmente sea sometida al escrutinio de la comisión bicameral. Como no se tiene a manos la matriz, no se sabe si el voto obligatorio fue incluido y se discutirá con mayor amplitud o mejor fundamento, pues hasta ahora poco chance y casi nula elocuencia. La primera falla es que choca de frente con la Constitución, y sin duda que se trata de un descuido crucial. El sector que promueve ese punto no hizo la tarea, y ni siquiera parece darse cuenta del hecho principal. Entre los propósitos de la nueva legislación electoral está actualizarla o ponerla a tono con la Carta Magna del 2010…

ANTES SÍ, AHORA NO.- No puede decirse que el voto obligatorio sea –enteramente-- un disparate, puesto que figuró en leyes anteriores, y si la Constitución del 2010 no lo contempla fue porque no llenó las expectativas. No cumplió con su razón de ser. Nadie fue perseguido ni pagó consecuencia, aun cuando hubo situaciones que llevaron a temer que sí. Fue mucha la gente que se quedó sin votar a conciencia o por mandato de un partido en las elecciones de 1974, cuando fue previsible que Joaquín Balaguer se impondría por la fuerza. La sola exhibición de guardias, ya no con el tolete, sino con banderas coloradas en las bayonetas, fue mensaje claro, suficiente y contundente. Incluso, y vale recordarlo, se montaron operativos para sellar cédulas en los patios y cubrirse de la posible represión del régimen...

SOLO ESPEJISMO.- El voto es un derecho y un deber, no una obligación. Los partidos de oposición declararon la semana pasada que quieren leyes que saquen al PLD del poder, y el voto obligatorio buscaría evitar la compra de cédulas por parte del gobierno. Sin embargo, en este aspecto tampoco se hizo la tarea. La compra de cédulas, y hasta de votos, es irrelevante. La fuente de agua para el sediento que se deja engañar con espejismos en el desierto.

La idea, aunque sin elaborar, es que cada cédula que no se venda será un voto a favor. Y debieran analizar la historia electoral del país, o comparar o chequear las estadísticas.

En República Dominicana el índice de votación, siendo voluntaria, es igual o superior a las naciones donde el sufragio es obligatorio. Ese afán de buscar ventajas y no igualdad, debe concentrarse en otros aspectos. Por ahí no le entrará agua al coco…

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