Opinión

Tiempo para el alma

“...Y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz...”. 2 Tim. 2.22.

Tenemos muchas y diversas alternativas de camino en la vida, y a veces lo más atractivo no resulta ser lo más fácil de seguir, como lo más difícil está en las sendas de la Verdad. Es como en un gimnasio, es usual escuchar decir al entrenador “este ejercicio es muy bueno, trabaja bien este músculo”, ese “trabaja bien” y ese “muy bueno” implican inicialmente una molestia o un dolor en el lugar corporal en el que actúa. Así, en la vida, al optar por la justicia corremos el riesgo de no ser agradables a quienes no les interesa la equidad o a quienes quieren ser favorecidos con una cierta o mucha injusticia.

En esas tantas alternativas de la vida está el camino de y hacia la paz, que deberá nacer siempre en el amor. Dios nos ha dado asimismo la opción de la fe, a través de Jesús, representación máxima de amor, justicia, equidad y paz. A través de este camino, que necesariamente tendrá sus puntos de dolor o de incomodidad, podremos alcanzar la justicia, la fe, el amor y la paz; bendecir a muchas personas y dirigirnos a la meta de la eternidad.

Tags relacionados