Opinión

Correr la voz contra las enfermedades catastróficas

A principios del 2015 se recibió la información de que el Ministerio de Salud Pública ponía en suspenso su Programa de Medicamentos de Alto Costo.

Tres meses después, el 5 de marzo del 2015, anunciaba que el programa había sido reestructurado y que gracias a ello se continuaría garantizando a la ciudadanía a quienes estaban dirigidos los fármacos incluidos en él.

El programa reveló su importancia cuando, un año después, una coalición de asociaciones sin fines de lucro relacionadas con el tratamiento del cáncer y las enfermedades de alto costo denunciaba que entidades del SDSS había ignorado sistemáticamente la resolución 375-02, emitida en octubre de 2015 por el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS), y su vocero afirmó que la negación de cobertura afectaba a 36 mil personas con tales padecimientos.

Y se documentó, cuando la Dirección de Información y Defensa de los Afiliados (DIDA) al Sistema Dominicano de la Seguridad Social (SDSS) publicó sus memorias 2016 revelando los niveles de insatisfacción con las coberturas.

Al dar a conocer la decisión de estructurar el programa, el Ministerio de Salud Pública dejó en claro que existía mal manejo en este, un programa multimillonario. En el imaginario quedó rondando el fantasma de la tradición y ley de la cultura política nacional. En el programa de medicamentos de alto costos había fugas de altos costos, por no llamarlo de otro modo. Sus objetivos no se estaban cumpliendo y, peor aún, muchos de a quienes estaba dirigido no lo estaban recibiendo. La responsable de la cartera de Salud tomó el programa a su cargo y lo colocó junto a su despacho.

Como resultado ópropio de la Ministraó ya a mediados de año 2015 se agregaban cinco fármacos al programa gracias a que, aprovechando el ingreso del país al Consejo de Ministros de Centro América y RD (COMISCA) se obtuvo un ahorro de RD$179 millones 553 mil 051 pesos con 25 centavos en la adquisición de los medicamentos, al amparo del Acuerdo de Libre Comercio con la región.

Salud Pública incrementó la gerencia y control en el programa y ya el miércoles 2 de noviembre del 2016, el Servicio Nacional de Salud (SNS) afirmaba haber interpuesto una querella contra uno de sus empleados del hospital Padre Billini, por sustraer medicamentos de alto costo “por un monto preliminar de un millón 922 mil 800 pesos”.

El saneamiento también purgaba los procesos y realidades financieras. La ministra informó que “Al 31 de diciembre de 2014, cuando tenía un presupuesto de RD$999 millones 187 mil 952, el Programa cerró con compromisos pendientes con los suplidores de medicamentos de alto costo por RD$2 mil 700 millones. Dichos compromiso, no tenían base presupuestaria por no estar incluidos en el presupuesto de 2015, cuando el presupuesto es de RD$1 mil 486 millones 693 mil 976”.

La deuda por medicamentos, al 30 de de abril del 2015, era de $1,400 millones y en abril del 2017 la Doctora Gisell Vázquez, responsable del programa, informaría el gran impacto financiero de este programa en el presupuesto general de medicamentos de Salud Pública.

En 22 de julio de 2016, se informó que el Presupuesto del programa era el mismo del 2014 y que, pese a ello, se garantizaba tratamiento a 11 mil 315 pacientes.

A la vez, el relanzamiento del programa avanzaba bajo las orientaciones dictadas por el ministerio: un aumento en la cobertura de medicamentos de alto costo; seguros y de calidad, “seleccionados en base a la mejor evidencia científica y criterios de costo-efectividad”. Como resultado, a esa fecha, 2 mil 552 personas más se habían integrado al programa, gente sin posibilidad de financiar su tratamiento y alto riesgo de morir, dejando en la ruina a familiares y descendencias.

El 4 del corriente mes de abril la Dra. Gisell Vásquez, informó lo que quienes tienen algo de sensibilidad ante la tragedia ajena deben difundir con entusiasmo: Salud Pública dispone de RD$1,986 millones de pesos para apoyar los tratamientos de enfermedades catastróficas y suplir medicamentos de alto costo a los pobres o no cuyas coberturas de aseguramiento en salud no los cubra o las hayan agotado.

En declaraciones al periódico El Caribe en esa fecha, la Dra. Vázquez informó que ese programa, focalizado en las enfermedades de alta complejidad, “también dispone de algunas ayudas para copagos de estudios, cirugías y terapias”, lo cual es un gran aliciente. Una verdadera acción de comprometida sensibilidad, de socorro a favor de los afectados dramáticamente en su salud. Gracias a ese empeño, visión y compromiso con la salud de la gente que caracteriza a las autoridades actuales de salud y a la dedicación de las personas a cuyo cargo se ha puesto este programa, la cantidad de dominicanos que se benefician de él incrementó 28.34% al 30 de marzo del 2017, en comparación con sus niveles informados en julio del 2016. Entonces el programa protegía a 11,315 personas. Hoy, a 14,522, gracias a un incremento de RD$500 millones en su asignación. Representa un aporte por caso de RD$136,758.02.

Informemos a todos aquellos que temen quedar en la ruina por una enfermedad catastrófica que el gobierno dominicano, a través del Ministerio de Salud Pública, se solidariza con su condición.

Que depositen la solicitud, acompañada de los documentos de identidad, el diagnóstico y las prescripciones en el ministerio de salud, en la oficina de la Dra. Vázquez.

Corramos la voz contra el sufrimiento y el empobrecimiento que producen las enfermedades catastróficas.

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