Opinión

PUNTO DE MIRA

Brewster paladín de la igualdad

Cuando estaba muy caliente el nombre del embajador James Brewster publiqué que en el 2017 se iría. Ganara o no Hillary Clinton. Con más rapidez si resultaba Donald Trump. Ahora que el anuncia su partida hay que hacerle los honores.

Este representante de }Estados Unidos deja su huella en la historia diplomática. Es el primero que llega al país casado con otro hombre.

Entre otras cosas. Brewster ha sido apoyo extraordinario para todos los que no son hombres o mujeres de origen. Los homosexuales, lesbianas, transgénicos encontraron en este diplomático un solidario apoyo. Se ven en el mismo espejo.

Les adelantó su causa con todo el poder que le brinda ser Estados Unidos. El matrimonio Brewster fue un premio que nos dio el presidente Barack Obama. Ambos nos enseñaron que el poder hace ver las cosas de otro color; que la tolerancia también se aprende con la amenaza, como las matemáticas a reglazos. Quiérase que no, la pujanza del embajador Brewster fue un ventarrón que hizo volar los sueños de igual en la comunidad LGBT. Con o sin visa, hubo que acogerse. Dominicanos califi cados de hombre machos, cercanos a la Embajada, le hicieron coro a Brewster y aplaudieron sus advertencias.

Incluso estuvieron en la piscina de la casa del diplomático.

Legalmente la Constitución prohíbe la desigualdad aunque no especifi ca la inclinación sexual.

Sin embargo las leyes prohíben la sodomía y la castiga con seis meses de cárcel. Esta disposición es un cuchillo jurídico que agrede a los homosexuales, no obstante que también se reconoce como legal el intercambio sexual si es entre adultos. En el país no existe estadística cierta sobre las personas homosexuales. El embajador Brewster tiene las suyas y afi rma que son el 10 por ciento de la población los del tercer sexo”. Si es así, son muchos miles. Una publicación gay leída a vuelo de pájaro, es decir rápido y por arriba - para no confundir a nadie- afi rma que muchos ciudadanos solapan su militancia para no ser blanco de la burla. Que incluso sus familiares se hacen de la vista gorda. Afi rma que hay gente en los medios que trabaja a su favor porque son de agentes encubiertos de la comunidad LGBT.

Aunque la mayoría se alegra de su partida, Brewster se va, pero volverá a otra piscina con los agradecidos.

El tiempo borrará el sabor de las lágrimas de despedida. Bye Wally.

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