China fortalece su economía
La República Popular de China experimentó un crecimiento de su PIB Real de un 6.9% en el 2015, una cifra que representa una disminución con respecto el crecimiento anual promedio de la potencia asiática en los últimos 10 años. Tomando esto en consideración, desde finales del 2015 y durante el 2016, el Banco Central de dicho país ha tomado medidas para devaluar su moneda con respecto a monedas de gran importancia internacional como el Dólar Estadounidense y el Euro.
Esta medida, debilita la moneda de China, el remninbi o yuan. Sin embargo, una política para debilitar la moneda nacional contra el dólar no necesariamente es una mala idea, y menos para un país netamente exportador y productor como lo es China. Esta política, hace más atractivos los productos chinos en el mercado internacional, aumentado así sus exportaciones y disminuyendo sus importaciones fomentando un crecimiento en la economía.
Sin embargo, desde la perspectiva de los Estados Unidos y Europa, la apreciación de sus respectivas monedas frente el yuan chino, disminuye sus exportaciones hacia China y aumenta las importaciones desde ese país, aumentando aún más el déficit comercial de Estados Unidos y Europa con China. Por otro lado, se podría generar una salida de capitales de China, aumentando el interés del dólar y el euro, haciendo aún más significativa la apreciación de dichas monedas frente al yuan. Por otro lado, los demás países asiáticos y del mundo pueden seguirle los pasos a China, devaluando sus respectivas monedas, para hacer sus productos más atractivos y competitivos en el comercio internacional, acción que podría poner la economía mundial en una caída estrepitosa por la apreciación relativa del dólar frente a todas las monedas que decidan aplicar la devaluación como técnica de competir con China.
Estas decisiones, generarían un mayor interés por el dólar estadounidense en los mercados internacionales, lo que a su vez agregaría aún más presión a la apreciación del dólar y agrandando el daño que la disminución de exportaciones hacia China e importaciones de China ya han causado a los Estados Unidos. Además, la disminución de las exportaciones a China afecta los resultados de las compañías estadounidenses, lo que sumado con altas tasas de interés y altos niveles de desempleo, podrían provocar una recesión o crisis internacional.