Opinión

SONDEO

Reto de Danilo

Luis Encarnación PimentelSanto Domingo

Con dos triunfos electorales por delante, el presidente Danilo Medina tendría como gran reto de inicio del segundo período de gobierno -además de las tareas y responsabilidades normales que implican gobernar un país-, el emplearse a fondo y lidiar en partida doble con el manejo de las relaciones internas de su partido y con las de la posición política, que parece inclinada a seguir de largo en campaña, y ni siquiera cumplir con la acostumbrada tregua de los cien días ofrecidos al que gana los comicios.

Con relación a lo primero, el gobernante e influyente hombre del PLD sería pieza clave para jugar al equilibrio de las dos fuerzas que comparten el liderazgo de la organización y, con ello, garantizar la unidad interna y que no haya distracción en el respaldo que necesita para renovar el éxito alcanzado al frente del gobierno. Con relación a la oposición, a la que ya le tendió un puente de plata e invitó a ofrecer la mayor colaboración posible en su discurso tras el triunfo de mayo, Medina, que ha devenido en un gran estratega político, medirá en el camino si los sectores que lo adveraron juegan correctamente en lo adelante su papel institucional de contrapeso del gobierno o si, con un comportamiento que torpedea o impide la gobernabilidad, reducen su tamaño y quedan evidenciados ante la sociedad.

Danilo, que en lo personal no tendría que cambiar mucho ni inventar grandes cosas, porque su estilo y manejo le han dado resultado político, de todas maneras tendría -aun siguiendo la dinámica- que venir en la gestión que arranca en agosto con algunas caras nuevas, que refresquen la administración y eviten que esta luzca agotada o ya cansada. Pesara la idea de que al que lo ha hecho bien no hay por qué cambiarle, sin embargo (y como parte de una mejor democracia y una administración pública más sana) hay que ir hacia la tesis de que las cúpulas de un partido en el poder no deben ser las que copen también los cargos públicos, como hizo en su momento el PRSC, luego el PRD, y es práctica del PLD, con los miembros de su Comité Político y su contraparte no orgánica aunque no por eso menos influyente, la llamada “OTAN” (¿?).

Además de los retos dichos -y de los pactos- Medina, por la historia, debería ir ahora por un mayor fortalecimiento de las instituciones del país.

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