Guasábara: tres millones de visitas
En los años de la intolerancia y la represión generalizada, un grupo de jóvenes, entre ellos, el ingeniero Luis Orlando Díaz Vólquez tocaba armónica y entonaba junto a un colectivo, canciones de protesta, asesorado por sacerdotes católicos inspirados en los documentos de Medellín (Colombia, 1968)) y Puebla (México 1979), la Teología de la Liberación, y las Encíclicas, “Mater et Magistra” (1961) y “Pacem in Terris” (1963) del Papa Juan XXIII, y en el ejemplo de lucha y amor cristiano del padre Camilo Torres.
Orlando era un imberbe, pero en su pequeña mente de casi niño, quedaron para siempre los compromisos de la verdad, de la justicia social y de la solidaridad con los pobres. Oriundo del Sur profundo, donde la miseria golpea sin misericordias, Orlando se ha ido abriendo paso en una sociedad llena de obstáculos e impedimentos sociales, superando una timidez defensiva e integrándose al conocimiento, al servicio cultural y productivo.
En el año dos mil nueve creó el periódico digital, “Guasábara”, inspirado en la Isla Cabritos, donde se encuentran diversas especies vegetales endémicas, entre las cuales está la guasábara, cuyo cactus está lleno de espinas. “Toda vegetación del área de la Isla Cabritos y el Lago Enriquillo, está constituida por especies de las zonas de vida de “bosque seco subtropical y Monte espinoso subtropical, siendo éste el único bosque xerofítico, que existe bajo el nivel del mar en el continente americano” (J. Marcano).
La idea de Orlando al crear este medio informativo era y es, expresar el pensamiento crítico de la sociedad dominicana, sin subvenciones, ni ayudas estatales, ni compromisos materiales, pretendiendo ser voz de una comunidad secuestrada parcialmente en su derecho a la información, distorsionada, afectada por intereses creados. Y uno se pregunta, ¿y cómo subsiste “Guasábara” en medio de este marasmo, de esta baja sensible de estímulo a la verdad sin cortapisas, al ejercicio pleno de compromiso y de lucha? Orlando lo ha logrado, su “Guasábara” es como un clarín al mediodía, sonoro, impecable, con un manejo correcto de la información, dando cabida a todas las opiniones, como lo demanda la democracia, haciendo acopio de una visión crítica sin dobleces, dentro del marco de la propia convivencia de criterios y el enfrentamiento de opciones, de vías políticas y económicas.
“Guasábara” ha sido visitada en su Blog por 3 millones, 013,216, de los cuales, 779 mil, 632 corresponde a Estados Unidos; 756 mil 728 a República Dominicana; 213 mil, 688 a Alemania; 146 mil 448, a México; 138 mil, 244 a España; 81 mil, 075 a Colombia; 64 mil, 083 a Francia; 49mil, 071, a la Argentina; 48 mil, 895 a Rusia y 48, 308 a Venezuela.
Orlando ofrece una variedad informativa de primera línea, bien redactada, con la reproducción de análisis económicos y políticos de actualidad, con una línea independiente pero de alta criticidad social y política.
Orlando define a “Guasábara” y su servicio de noticias, como órgano: “a favor de la democracia participativa, el desarrollo humano, la paz, el medio ambiente y la cultura. Haciendo de la lucha contra la pobreza un apostolado templario”. “Guasábara” posee plataforma de correos masivos, redes sociales interconectadas al Blog: twitter, Facebook, canal youtube, google plus, myspace, linkedin, issue, pinterest, entre otras.
Orlando es el editor, alma viva de “Guasábara”, todo lo hace y lo hace bien, todo lo envía a tiempo desde las primeras horas de la madrugada hasta las horas de la noche, como un duende digital, que cabalga sobre la última noticia y la palabra orientadora de la crítica rigurosa. Hace apenas unos días, fue asaltado en plena vía pública delante de la gente, por dos forajidos que montados en un motor, pistolas en mano, lo encañonaron para arrebatarle su computadora. Con la mayor desfachatez, los pillos le advirtieron que no se moviera porque le metían un tiro en la cabeza. Hurtarle su computadora fue como despojarlo de su instrumento de trabajo inmediato. Estos dos asaltantes son víctimas a la vez del sistema injusto que tenemos. Jóvenes que llegan a la vida y observan el delito y la corrupción desenfrenados sobre la vida pública, privada y social del país alistándose de inmediato a la fechoría, siguiendo el modelo de la pirámide política del Estado y sus instituciones, durante lustros, décadas, centurias. Un país no puede proclamar la felicidad en medio de la inseguridad ciudadana. Un país no puede proclamar que todos somos clase media, en medio del descalabro moral, de la insuficiencia orgánica social, del abismo económico de consumo en que vivimos, de la caída vertical de valores.
El asunto es que, lo que le pasó a Orlando y a Guasábara le puede ocurrir a cualquiera de nosotros el día menos pensado. Estamos a expensa del terror social de la pobreza y la indigencia y la exhibición inmoral de cierta riqueza súbita. Pero Guasábara existe todavía, dispara, crea, pelea. Y el ingeniero de sistema de computadoras, Orlando Díaz Vólquez, teclea, se mueve y cumple con un deber que aprendió, por allá, por los años 70, junto a los curas que pregonaban la Doctrina Social de la Iglesia, y pergeñaban sus mochilas para sumarlas a los que se alzaban con cantos de libertad y democracia en el continente, y que hoy emborronan cuartillas haciendo de la verdad un culto y una pasión de vida, como mi querido Orlando, por ejemplo.