DE VARIADOS TEMAS
Viviendas populares
Reconozcamos el esfuerzo del Gobierno y del Banco Central para incentivar la construcción de viviendas de bajo costo, pero con la esperanza de que la Ciudad Juan Bosch no sea instrumento de proselitismo y populismo. Para ese proyecto y otros privados, suponemos que los adquirientes tendrán facilidades únicas, gracias a la autorización de la Junta Monetaria para que se pueda crear un pool de entidades financieras con fines de financiamientos, disponiendo de los diez mil millones de pesos procedentes de la liberación del encaje legal.
Estas facilidades adquieren más relevancia, luego de anunciarse el proyecto que realizarán los Vicini y los Bisonó. Desde luego, a ese esfuerzo del Banco Central le falta una parte importante que está por verse: las tasas que ofrecerán las entidades financieras, porque ahí puede estar el nudo que el Banco Central tiene que condicionar. Vimos, por ejemplo, que el Banco de Reservas ofertó recientemente una tasa increíblemente atractiva... ¡pero si se pagaba el préstamo en un año! ¿Y qué familia clase B, C o D puede pagar una vivienda así, a menos que sea con dinero sucio? La Junta Monetaria, que autorizó la utilización de los diez mil millones del encaje, debe establecer límites para que el plan sea efectivo y el obrero pueda tener su hogar propio.
Todos los organismos del Gobierno tienen que actuar coordinados para que este gran proyecto tenga éxito. Por eso me parece desencajado y fuera de lugar la decisión de Impuestos Internos, de, justamente ahora que se incentiva por un lado, desincentivar bajándole medio millón de pesos al valor de la vivienda exonerada de impuesto de compra.
Una medida totalmente de espaldas al esfuerzo del Gobierno, del Banco Central y del sector privado. Por tanto, señor Presidente, corrija eso del impuesto.
Ponga ojo con los privilegios para aprobar las asignaciones de esas viviendas, para que no se recicle una vieja costumbre que no pertenece a su gobierno, pero que es una mancha que arrastran varios anteriores.