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Crimen y castigo desde la sociología jurídica
Siberia. A orillas de un caudaloso y desierto río se eleva una ciudad, uno de los centros administrativos de Rusia; en la ciudad hay una fortaleza, y en la fortaleza una prisión. En la prisión se encuentra detenido desde hace nueve meses Rodion Romanovich Raskolnikov, condenado a trabajos forzados de segunda categoría. Han transcurrido cerca de dieciocho meses desde el día en que cometió su crimen.
La instrucción de su proceso no encontró apenas difi cultades. El culpable ratifi có sus confesiones con tanta resolución como precisión y claridad, sin embrollar las circunstancias, sin atenuar el horror del hecho, sin velar los hechos y sin olvidar el menor detalle. Hizo un completo relato del crimen; aclaró el misterio de la prenda encontrada en las manos de la vieja (se recordará que era un trozo de madera unida a un trozo de hierro); refi rió como había sustraído las llaves del bolsillo de la víctima, describió aquellas llaves, el baúl, e indicó el contenido de él; explicó el asesinato de Isabel, que hasta entonces era un enigma; refi rió como Koch llegó y llamó a la puerta y como había llegado un estudiante después de él, refi riendo punto por punto la conversación que tuvieron entre si aquellos dos hombres. Después, el asesino, se lanzó escalera abajo, oyendo los gritos de Nikolai y de Mitrei, como se escondió en el cuarto desalquilado y como llegó fi nalmente a su casa. Por último, en cuanto a los objetos robados, dijo que los había escondido debajo de una piedra en un patio que daba a la perspectiva de la ascensión, y allí fueron encontrados, en efecto.
Finalmente, en la aplicación de una serie de principios de la sociología jurídica a esta obra, es importante resaltar que no todos los fenómenos sociales tienen valor jurídico. No obstante, todos los fenómenos jurídicos son fenómenos sociales.
El carácter realista de la obra se constituye en una fuente inagotable de fenómenos sociales. Las grandes diferencias entre ricos y pobres y el comportamiento de las clases sociales forman parte de la tradición de la gran literatura desde los textos antiguos hasta los autores del boom, que con tanta riqueza han aportado a nuestro convulso mundo latinoamericano.
En la actualidad se cuestiona los dos extremos en que ha caído el enfoque de la literatura, por un lado visto como sociológico y por otro en su aspecto formal– lingu¨.stico.
Sin embargo, para la sociología jurídica la obra literaria siempre será una posibilidad de enriquecimiento para ver la juridicidad mas allá del mero proceso contencioso, y permitiendo una asunción más amplia donde la literatura (poesía, cuento, teatro ó novela), siempre tendrá un espacio de trascendencia, como lo plantea el destacado profesor Manuel D’Aza a quien dedico estas refl exiones.