Opinión

Crudo, precios e impuestos en RD

Está terminando el mes y con él, el año 2014; sin embargo, por primera vez en décadas, no hemos visto que el invierno haya incrementado el precio de los combustibles de calefacción, ni de transporte: el FMI prevé precios de USD$ 72 dólares el barril, que para la economía dominicana, representan un ahorro de USD$ 1,200 millones, según el Banco Central. Esta vez, el movimiento de los precios hacia la baja, no parece que sea, ni estacional, ni coyuntural pues se debe a diversos factores combinados; por un lado, es menor el crecimiento esperado de la demanda, en particular, por las bajas tasas de incremento en el PIB previstas para Europa y Japón, así como un menor crecimiento en China, por el otro, la aportación adicional, por las nuevas tecnologías, de un nuevo producto proveniente de un país, que era, además del principal consumidor, importador neto, que pasa a exportador: Estados Unidos. Por otra parte los países productores ubicados dentro y fuera de la OPEP - esta última con una menor participación en el mercado, por las dificultades económicas mundiales y por las situaciones políticas locales -, no están en condiciones de reaccionar reduciendo la oferta, como son los casos de Rusia, Iran, Venezuela y México: esta vez, el movimiento en los precios no se debe a guerras, ni a falta de ellas. República Dominicana, con un consumo anual de 1,250 MM (mil doscientos cincuenta millones de galones de derivados de petróleo) anuales, está en necesidad y obligación de revisar sus políticas de precios porque ante la baja, la población se beneficia poco, cae la capacidad recaudadora del Estado y se fomenta, injustamente, el contrabando, que, en este caso, es ante las narices de todos y, con la participación de las autoridades, en detrimento de la población y como una burla a los empresarios que tributan, sobre todo con el gasoil. El consumo anual de gasoil, registrado, por ejemplo, se sitúa en los 306 millones de galones, sin incluir el que ingresa por Barahona, de contrabando, de los cuales, sólo 180 millones, están sujetos a tributos y 126, exentos. Este producto cuyo precio de paridad es de apenas unos RD$ 88.00 el galón contiene impuestos por RD$ 41.97 por galón, es evidente, que quienes lo obtienen exonerado y lo venden en las estaciones de gasolina realizan un lucrativo “negocio”, cobrando para uso personal el impuesto que pertenece al Estado tanto para el pago de la deuda, como para sus gastos ordinarios. Una sola partida, la atribuida, a los transportistas, representa RD$ 2,005 millones de pesos al año ñ sin bonogas-, sin incluir a los contratistas y generadores que no generan, cuya lista es el secreto mejor guardado del Ministerio de Industria y Comercio: es tiempo de que el Gobierno publique, cuántos galones se exoneran, porqué y a quienes, pues otros 11,000 millones, ninguna relación guardan con el transporte. Los choferes, el patito feo, el dedo malo de todo conflicto en el país, no son tan irrazonables como los pintan, recuerdo que un día en el 2007, plagada la nación de huelgas, coordine un encuentro de ellos con el Presidente Fernández: desde entonces, en el país no hemos padecido una sola huelga general de transporte. En este tema, he oído a mi amigo, Antonio Marte, pedir que se quiten las exoneraciones, pero a todos: yo diría, que se revisen, públicamente y se concedan conforme a la ley. Presidente Medina, me comentan que la lista de beneficiarios de exoneraciones de combustibles alcanza a 200, de ellos -a unos-, sobre todo a los generadores reales, les corresponde, a otros, no; le sugeriría a usted, que la revise, puesto que de hacerlo, no tendría la DGII que aumentar el ITEBIS a todos los dominicanos a partir de enero: solo tendrían que pagar unos cuantos, aunque desde luego, va a encontrar a prominentes y activos amigos de su parcela política. El autor es economista y abogado; doctor en Derecho Constitucional y exministro de Industria y Comercio

Tags relacionados