Como chivos sin ley

LAS ARMAS.- Todavía no se sabe si los haitianos que se insubordinaron contra las autoridades tenían armas de fuego y tiraron a matar en los incidentes del barrio 27 de Febrero. El dato es importante, crucial, y conviene saber si se habló verdad o mentira. Lo que no puede es dejarse la nebulosa, la sospecha, existir el temor, pues vale más prevenir que tener que remediar. Ni siquiera el debate alrededor del caso. Unos dicen que sí y otros dicen que no, y esa ambigüedad es parte del problema. Desde el momento que un sector tomó principalía, el otro reaccionó tratando de recuperar espacio, y toma la denuncia como un agravio más contra unos “infelices” que viven en santa paz. Incluso, corresponde a la Policía hacer la averiguación, y de ser cierta, proceder en consecuencia, ya que se trata de un asunto de orden público. Los diputados metieron la cuchara, y no se entiende por qué, ya que no pertenece a su jurisdicción y posiblemente no puedan ni con su alma. ¿Acaso fueron al sitio o investigaron por fuera? Que se sepa no nombraron ninguna comisión, ni discutieron con un informe a manos. Lo suyo es el clásico bla, bla... LA HAZAóA.- La comisión de diputados que estudia la Ley de Partidos afirma haber consensuado siete u ocho artículos, y lo anuncia como si fuera una hazaña extraordinaria. La verdad sea dicha: ese resultado es muy pobre. Y peor todavía: nada nuevo. Se había declarado como parte de la guerra de información que la pieza iba muy avanzada, antes de que el PLD abriera el nuevo capítulo. Entonces no hay problema. En lo que se estuvo conteste antes, no tiene por qué no estarse ahora. La comisión es la comisión, pero se duda de su capacidad y entereza para llevar adelante una obra de tanta importancia para la convivencia política nacional. No es fácil hacer caminar derecho a quienes desde hace tiempo cojean, y no tienen muchas habilidades con las muletas... LA RAZON.- Los diputados, o los políticos en sentido general, quieren seguir con el juego de excusarse en la actitud del contrario, y creyendo que con acusarlo de esto o de lo otro cubren su propia falta. La opinión pública no es tan boba, aunque a veces lo luzca. No se tiene una buena Ley de Partidos desde hace años porque las agrupaciones políticas no quisieron, y no quisieron, sencillamente, porque les va mejor con su conducta libertaria. Vivir, como se dice popularmente, como chivos sin ley. La transparencia, por ejemplo. No quieren que se sepa quienes mantienen el partido o financian las campañas, sabiendo como saben que ese es un punto decisivo. Que ese componente privado debe sacarse a la luz, pues se hace necesario superar ese juego de espejos, en que la gente del dinero no se muestra totalmente ni se define políticamente. Ese comprar todos los números para beneficiarse, sea cual que sea la lotería. En los Estados Unidos ese papel se asume públicamente, sin temor a represalias, pues sucede que quien apoya a los candidatos demócratas, no lo hace con los republicanos... A MANO.- Ese jugar al tapado, y no al antiguo estilo mexicano, es simulación en grado sumo. No quieren que se conozcan sus aportes al candidato, que nunca es al partido, pero si se ocupan de pasar factura cuando el beneficiario llega al gobierno. En cada período sorprende que los mejores negocios vayan a manos de alguien que hasta ese momento no se conocía. Como dice el refrán, manos que dan, esperan. Y si se apuestan millones a la pata de un gallo ¿por qué no --también-- a las posibilidades de un aspirante a la Presidencia de la República que se sabe bien posicionado? Pero eso es secreto, un secreto celosamente guardado. Incluso, este es un aspecto muy delicado, pues ese dinero oficioso en ocasiones no entra a la campaña de manera directa, ni se registra en la contabilidad del partido. No solo se trata de ocultar nombres, también montos. Es un dinero que no se da en cheques, sino en efectivo, y en sobres manila o en sacos de henequén, aunque por igual en maletines. ¿Cómo hacer constar esos ingresos en una ley, sin vía de fortuna personal para el candidato, o el gestor, y hasta del recadero?...