Esclavitudes modernas

El 24 de septiembre celebramos la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes. Esta advocación nos hace referencia al patrocinio de la Virgen como liberadora del mundo de la cautividad y de la esclavitud. Es verdad que aparentemente se ha abolido la cautividad, como se entiende clásicamente, en el mundo, como compra y venta de personas, pero se han creado una multitud de nuevas cautividades. En la actualidad hay millones de mujeres y de hombres que se les obliga a vivir con un salario miserable y en condiciones infrahumanas. Millones de niños y de niñas están forzados a trabajar cada día, privándoles de los derechos que les corresponden. Hay personas a las que se las vende como objetos, se les obliga a trabajar casi gratuitamente y viven a la merced de “sus dueños” siendo sus esclavos. Aunque la esclavitud está prohibida en la mayoría de los países, existe una esclavitud “disimulada” en distintas formas y que afecta a millones de personas de todas las edades, géneros y razas. A estas personas se les obliga a trabajar amenazadas física y psicológicamente, se les convierte en propiedad de un “empleador”, se les deshumaniza tratándolas como una mercancía y se les controla en sus movimientos. Hay personas en situaciones tan críticas que se ven obligadas a tener que aceptar un préstamo para cubrir el costo de un medicamento o para pagar una deuda por lo que se ven condenadas a trabajar durante largas jornadas los siete días de la semana y con todo no llegan a saldar la deuda que tienen. Existe un trabajo de niños y niñas que les explota y les priva de la educación y de la recreación que son vitales para su desarrollo, y no digamos de la explotación sexual de niños y niñas. Existe el engaño con mujeres o niños y niñas migrantes que son llevados, engañosamente, y se les introduce en trabajos domésticos o en la prostitución. A estas esclavitudes podemos añadir la esclavitud del pecado. Es ésta una esclavitud que nos ponemos nosotros mismos, haciéndonos esclavos de diferentes vicios como son la sensualidad, el alcohol, las drogas, el hedonismo, etc. Ante esta plaga de esclavitudes que causan heridas muy graves a nuestras personas y a nuestra sociedad, no nos podemos quedar en silencio y hemos de combatir para que sean erradicadas las actuales formas de esclavitud. Estos problemas deben ser resueltos desde su raíz: es necesario combatir la pobreza, el desempleo, la falta de instrucción y el analfabetismo para eliminar la explotación de menores y la trata de seres humanos. Para conseguir esta meta no bastan los acuerdos o tratados internacionales, es preciso el compromiso de toda la sociedad. Consciente de esta gravísima realidad el Papa Francisco ha elegido el tema de “Las esclavitudes modernas” para la próxima Jornada Mundial de la Paz en el 2015., con el eslogan “Ya nunca más esclavos, sino hermanos”.