Opinión

ORLANDO DICE...

El obispo y Loma Miranda

SIN TEOLOGÍA.- El obispo de La Vega, monseñor Antonio Camilo, debiera saber lo que cualquier otro ciudadano de este país sin necesidad de estudiar teología. Que “después del palo dao ni Dios lo quita”. Y esa debiera ser la cuestión. Para él y para todos. Esto es, que luego de la observación del Poder Ejecutivo a ley que declaraba Loma Miranda parque nacional, y del Senado haberla acogido tan mansamente, ¿qué puede hacerse en lo inmediato para remediar la situación? ¿Otra ley? Difícilmente pase, pues todas las coordenadas están bajo control. El PLD, o su comité político, entró a juego y los legisladores oficialistas no pueden comportarse como chivos de la Línea Noroeste que hacen de las suyas en la carretera. Puede apostarse peso a morisqueta que la pava ya no pone donde ponía. El senador Euclides Sánchez puede ser todo menos una potencia decisiva. Su actitud, su posición es la excepción que justifica la regla, o tal vez haya que recordar que una golondrina no hace verano, y mucho menos en otoño. El mitin del pasado miércoles hubiera quedado mejor como una misa al aire libre, solo que los políticos de oposición no hubieran ido... CIENTOS.- Los medios de prensa fueron prudentes y hablaron de la asistencia de cientos de personas, por lo que fue una concurrencia precaria y ninguno se atrevió a contarla por miles. Sin embargo, al hacer la reseña destacaron la presencia de dirigentes políticos, y todavía más, de un sector en específico. Lo que también fue otra muestra de precariedad. No debe olvidarse que La Vega está entre las demarcaciones de más alta votación, y era posible que los políticos convocaran inmensas mayorías, que no se vieron en la actividad. La aprovecharon sin poner nada: ni cuarto ni gente. El obispo Antonio Camilo, consciente o inconsciente, puso la mesa para que otros comieran con su dama. No puede decirse que hiciera de tonto útil, aunque ñsin dudasñ fue útil a una causa. El PRM, por ejemplo, quiere hacer oposición al gobierno, pero no tiene agenda propia ni sabe cómo iniciar la lucha. Así que, a falta de guagua, se monta en la cola de cualquier motor. Sin casco y a riesgo de que lo pare un agente de Amet, o que por falta de costumbre, se caiga en un cruce de camino... LOS POLÍTICOS.- La actividad del pasado miércoles en La Vega fue una manifestación de políticos con un obispo de por medio. Un error, evidentemente, pues la politización de Loma de Miranda no aprovecha, y sí quita fuerza, y los defensores de esa causa pierden autoridad. No hay que ser muy inteligente, ni muy enterado, para darse cuenta de que los políticos dominicanos no tienen conciencia ecológica. El deterioro que se advierte en el medio ambiente es culpa suya, pues ahora o antes fueron poder, y concedieron licencia de explotación o consintieron la depredación. Aunque esa indiferencia o irresponsabilidad no solo es propia del político dominicano, sino un pecado universal. En Europa, por ejemplo, se da el mismo fenómeno. En las encuestas la gente opina a favor de la preservación del medio ambiente, pero los partidos no convierten ese interés en políticas y los gobiernos se ocupan más en desarrollar el entorno que en cuidar el bosque o el río. Si los blancos de verdad actúan de esa manera ¿qué puede esperarse de los morenitos come coco?... LA VERSION.- Hablaba uno de estos días, y a propósito del affaire Loma Miranda, que no podía hablarse con toda propiedad de que el presidente o el gobierno hubieran perdido popularidad por la observación a la ley de parque nacional. Que era una versión que los comunicadores querían imponer como verdad absoluta. Como había visto mediciones de antes, de durante y de después, sabía que era una de esas falsedades que de tanto repetirse la gente se cree. La Gallup viene a corroborar que Danilo Medina se mantiene políticamente incólume y que lo que lleva hecho y hace pesa más en la conciencia pública que cualquier posible u ocasional resbalón. No se entiende el fenómeno, pero no lo entienden aquellos que se dejaron llevar de cuentos de camino. De que no ganó por gestión propia, sino por la coyuntura de poder de su partido o la ayuda del mandatario de entonces Leonel Fernández. El beneficio adicional existe. Y sin duda que el leonelismo y el antileonelismo dejan libre la cancha y el presidente Medina, en solitario, juega de manera holgada...

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