¿Quieren un nuevo Leonel?

Leonel Fernández tiene amigos sinceros que no lo buscan para arrimarse al poder que destila, ni para situarse en lugar visible en caso del retorno que algunos le proyectan casi de forma automática... Esos últimos, por supuesto, no son sus amigos. La gente que valora sus condiciones como líder y sus aportes al proceso democrático en las últimas tres décadas y que ha dado la cara por él en las circunstancias más difíciles, probablemente no esté cerca de Leonel ni accede a su entorno íntimo. Es un mal que padecen todos los líderes con poder, en todas partes del mundo, pero que se expresa de forma dramática en países como el nuestro donde predomina el ejercicio clientelar de la política como mecanismo de ascenso social y económico. Ahora mismo Leonel tiene mucha gente en su entorno, le sobran los amigos, los colaboradores, los asesores... Es lógico “para el predestinado que marcha en retorno seguro al poder, en maquinaria invencible, sin obstáculo a la vista, sin nada que le detenga...”. ...Y, por supuesto, no se admiten criterios independientes y es impensable el disenso sobre la marcha “segura e indetenible” hacia la candidatura del 2016 mientras “los vientos soplan” con velocidad huracanada arrasándolo todo a su paso. Va a marcha forzada...Mucha gente siente admiración, respeto y cariño por Leonel Fernández. Más aún, aspira a que vuelva a ser Presidente porque tiene la convicción de que a Leonel le queda mucho qué aportar con apenas 60 años y una experiencia de Estado envidiable en cualquier país del mundo. Pero lo llevan a marcha forzada, empujado por unos vientos huracanados que lo pueden estrellar contra una realidad dolorosa que melle su trayectoria de político exitoso, invicto, imbatible hasta ahora. Los “estrategas de imagen”, esos genios del marketing moderno que llegan a nuestros países atraídos por el olfato electoral que tan bien les retribuye, le han recomendado a Leonel que se aleje de sus viejos amigos y colaboradores de siempre... ...... sea, que rompa con su fuerza originaria de apoyo, que mande a freír tusas a sus viejos compañeros de 40 años y que anule y saque de escena a sus colaboradores más eficientes... Que se libre de Euclides, de Franklin, de Ligia, de Pina, de Alejandrina”. El diablo a la cruz...A Leonel le han recomendado que no se deje retratar “ni de relajo junto” a Víctor y a Félix, como si Víctor y Félix fueran dos demonios y no sus principales activistas y promotores, de probada eficiencia política y, al igual que Leonel, víctimas de la maledicencia de una feroz campaña de acoso y derribo. En cambio, le sugieren que se rodee “de gente nueva”, de jóvenes “que lo comprometan con el futuro” y le agencien una figura “renovada y fresca”... ¿Pero quién le ha dicho a esos facultos que el país quiere “a un nuevo Leonel” cuando aún no han sido capaces de determinar con certeza y seriedad-- para hacérselo saber a Leonel, por supuesto--, lo que el país quiere como Presidente? Si el país realmente quiere a Leonel de vuelta después de tres períodos, el país quiere a ese Leonel que ha sido Presidente por 12 años... Si fuera uno nuevo, para eso están Reinaldo, Francisco Javier, Radhamés... O a cualquier otro por conocer.