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Opinión

ASUNTOS DE DERECHO

Los jueces y la bruja Tituba

Matías Modesto del Rosario HijoSanto Domingo

Los juicios por brujería de Salem en los condados de Essex, Suffolk, y Middlesex (Massachusetts), entre febrero de 1692 y mayo de 1693, fueron procesos judiciales formales, llevados a cabo con el objetivo de castigar delitos de brujería. Las audiencias preliminares en 169 2se llevaron a cabo en diversas ciudades de toda la provincia: la aldea de Salem, Ipswich, Andover y la ciudad de Salem. Los juicios más conocidos tuvieron lugar en la ciudad de Salem, realizados por un Tribunal de Oyer and Terminer en 1692. Más de 150 personas fueron detenidas y encarceladas, al menos cinco fallecieron en prisión, y las veintiséis personas que fueron a juicio fueron condenadas. Eran denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos alegados por un grupo de mujeres de la comunidad de Salem. Nunca se realizaron pruebas de tales prácticas, todas las acusaciones se basaban en rumores. Los propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la comunidad de Salem, que exigía frenéticamente condenas a las presuntas brujas. A finales del siglo XVII, la última bruja fue ejecutada en Inglaterra en 1685–, aquí tuvo lugar el caso más célebre, polémico y brutal de la crónica estadounidense: “el proceso de Salem”. Todo comenzó cuando Tituba, una esclava de color del reverendo del lugar, Samuel Parrish, comenzó a contar a un grupo de jóvenes muchachas historias tradicionales provenientes de las Indias Occidentales en las que abundaban la magia, la superstición y los hechos sobrenaturales. Estos relatos causaron un ambiente de histeria que afectaría a Ann Putnam, de doce años, Elizabeth Hubbard, de 16, Mary Walcott, Mary Warren, Mercy Lewis, Susan Sheldon y Elizabeth Booth. Estas ocho jóvenes eran las cabecillas del grupo, a las que uno de los acusados, el anciano George Jacobs –que sería una de las víctimas de la brutal caza de brujas en Massachusetts– , describiría más tarde como “perras brujas”. La esclava Tituba confesó ante el tribunal que mantenía relaciones con el maligno, el cual adoptaba, nada más y nada menos, que la forma de un “animal lleno de pelos, inclusive la cara, con una nariz muy larga”. De las cuatro partes en las que se dividió la Corte Superior de la Judicatura de 1693 se celebraron audiencias en la aldea de Salem, Ipswich, Boston y Charlestown, pero solo se produjeron tres condenas de los treinta y un juicios llevados a cabo por la Corte Superior de Judicatura. Los dos tribunales condenaron a veintinueve personas por brujería. Diecinueve de los acusados —catorce mujeres y cinco hombres— fueron ahorcados. Un hombre, Giles Corey, se negó a emitir declaración y murió lapidado en un intento de obligarlo.

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