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FUERA DE CÁMARA

La decencia de Pérez Bello

Los ramos en el quepis, el uniforme impecable lleno de galones y charreteras y su rostro siempre adusto, cubrían a un militar gentil, caballeroso y decente, de finos modales y trato exquisito, erguido siempre detrás del presidente Balaguer en las buenas y en las malas... Eran los tiempos en que al país le costaba mucho asimilar a los militares y menos distinguirlos entre aquellos capaces de cualquier cosa “para llegar” y quienes jamás hicieron daño a nadie, entre los que se encontraba Luis María Pérez Bello, probablemente el más fiel y leal de todos los guardias balagueristas. De él sólo tengo la referencia de quienes le conocen en la intimidad, de algunos de sus excompañeros de armas y personas de su entorno familiar... Porque no lo he tratado fuera de dos ocasiones en que visité a Balaguer, en sus últimos meses de vida. Oí hablar por primera vez de las condiciones humanas de Pérez Bello al licenciado Luis Taveras, que le trató familiarmente, y le escuchaba con las dudas del periodista aprensivo que siempre vio en él a un militar de cara dura que adquirió figuración pública por su cercanía con Balaguer... ...Y no era esa precisamente la mejor recomendación para un periodista formado en el antibalaguerismo contestatario de los 12 años. ¡Han pasado los años...!El tiempo se ha ocupado de poner cada cosa en su sitio... Todos creímos por muchos años que bastaba haber estado cerca de Balaguer para tener guardados todos los millones del mundo. Pero la verdad es que quienes más se aprovecharon en esos 22 años de gobierno nunca salieron en una foto ni cerca de Balaguer. Me dicen que el general Pérez Bello salió de la guardia en 2004 sin un chele en el bolsillo y que vive de la pensión del Ejército y de un salario muy modesto que le pasa la Fundación Joaquín Balaguer por dedicarle todo su tiempo a esa entidad. Ha rechazado múltiples ofertas editoriales para publicar sus memorias, y asegura que los secretos de Estado que tuvo el privilegio de compartir en todos esos años al lado de Balaguer se los llevará a la tumba, sin considerar siquiera los valiosos aportes que pudiera hacer a la historia contemporánea. Pérez Bello es hombre discreto, con sentido castrense de la lealtad y amigo leal a quien no llegan las tentaciones para revelar intimidades, así sea que se le garantice satisfacer carencias económicas familiares. Con el paso del tiempo se muestra cada vez más huraño hasta para hablar con periodistas aunque se trate de temas intrascendentes... Está cerrado a banda con ese tema. La muerte de su esposaAyer, justamente, se cumplieron nueve días de la muerte de doña Amparo, la esposa de toda una vida del general Pérez Bello. En la misa de novenario, oficiada en la parroquia El Buen Pastor, del sector Evaristo Morales, podían contarse los amigos y compañeros de armas de la época de gloria. Algunos dirigentes del Partido Reformista, en particular Quique Antún, y muy pocos de la vieja guardia balaguerista, le han acompañado en estos momentos difíciles para su familia. Al general Pérez Bello puede quedarle la satisfacción de que la sociedad dominicana le reconoce su decencia y caballerosidad; jamás persiguió a nadie ni manchó su uniforme en una época de cruenta confrontación política, a pesar de todo el poder que le agenció su cercanía con Balaguer.

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