Opinión

PANCARTA

Una gestión que tipifica la democracia fracasada

Raúl Pérez Peña (Bacho)Santo Domingo

Un amigo intentó hacer un balance acerca de lo que pudiera aspirarse como “el éxito de la democracia”, 5 décadas después del 30 de mayo de 1961. Su conclusión fue que el país ha sido secuestrado por una partidocracia representada durante los últimos años por gobiernos del PLD El gobierno ha revelado su total ineficiencia en la política de salud y en los hospitales. Armaron un show mediático movilizando miles de empleados públicos para “mostrar la decisión inquebrantable” ante el auge de la chikungunya”. El fin de semana largo le cayó bien a los empleados públicos, en una jornada populista y demagógica. El amigo demostró su convicción con una retrospectiva al oficialismo: 1) El 4% para la educación no fue fruto de una gracia oficialista, sino una conquista que implicó un amplo reclamo popular y de clase media. 2) La renegociación del contrato con la Barrick Gold, se produjo luego de una fuerte presión popular, a lo que se le dio una respuesta a medias, pese a una proclama de “dignidad patriótica” a la postre calimocha, por dejar en la impunidad al culpable principal de la iniquidad que evidencia el contrato con la transnacional minera. 3) Con los recursos inalienables de loma Miranda saltan a la vista los senadores esbirros que actúan por encargo, (¿o no?) (como los sicarios), para matar fuentes de agua, aves, peces, plantas y vida. 4) ¿Qué ha hecho el gobierno de Danilo Medina ante a la corrupción latente e impune? Absolutamente nada. Tiene el liderato en impunidad en la historia del país. ¿Puede ese record sumarle popularidad? La plana mayor gubernamental está colmada de pejes gordos corruptos. La impunidad auspiciada por el gobierno tiene su cola en el déficit y la creciente deuda pública de unánime preocupación. 5)--¿Puede sumar prestigio una indiferencia cómplice ante el plan de extirpar de cuajo añejas conquistas laborales? Entonces, el índice de arraigo popular que se le atribuye al gobierno de Medina anda de proporción directa con su proyección mediática, pero no en la opinión llana de la gente sencilla. Este gobierno confirma que pese a 53 años del 30 de mayo, la proclamada democracia es un solemne fracaso, cuya responsabilidad principal recae en tres partidos de grave rastro que la historia ya condena.

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