Recordando a Manuel Arsenio Ureña

Aunque parece que fue ayer, en esta semana se está conmemorando el primer aniversario de la muerte de Manuel Arsenio Ureña, exitoso empresario que por su conducta moral y social, fue llamado siempre DON MANUEL. Don Manuel, por su afán en defensa y preservación de bosques y ríos; don Manuel, por sus aportes a favor de la educación; don Manuel, por su generosidad. Como homenaje y recordación a su grandeza humanitaria, extraigo de algunas de sus conferencias y disertaciones públicas, frases que retratan enteramente la dimensión de su pensamiento. “No basta con ser exitoso, si el producto del éxito no se comparte con los más necesitados; con los que no han tenido el privilegio que nosotros hemos tenido”. Esta frase descubre la grandeza de su corazón. “Si he tenido éxito en la vida como empresario, se lo debo a mis padres: de ellos no heredé empresas, no heredé bienes materiales; pero ellos me enseñaron el amor al trabajo, al respeto a la palabra, a la obligación de compartir, así como el sentido de la amistad”. Este pensamiento explica el gran padre que fue; valida al mismo tiempo la importancia que le confería a la amistad y sobre todo nos muestra el peso que la formación doméstica tiene en el desarrollo humano de la gente. El magnífi co trato dispensado siempre a sus empleados encuentra fundamento en este pensamiento: “Aprendimos desde muy temprano, que una empresa es una red de relaciones humanas y que según sean esas relaciones, así le irá a la empresa”. Ese espíritu cristiano de tender la mano a los necesitados y compartir el bien propio con el prójimo, lo situaron en un pedestal de excepcional grandeza que hizo colectivo el luto con su muerte. Finalmente quiero evocar una de las frases que deben ser motivación permanente para todos los que tienen aspiraciones de crecer en cualquier ámbito de la vida: “el trabajo incansable no tiene sustituto en el camino hacia el éxito empresarial”. Hoy evocamos con agrado a este titán del humanismo y lo hacemos convencidos de que su descanso eterno está en la gloria.