Tiempo para el alma
“Porque ninguna mentira viene de la verdad”. 1 Jn. 2: 21. Parece una frase filosófica y quizás lo es, “ninguna mentira viene de la verdad”; la verdad no puede parir mentiras como de un naranjo no pueden nacer zanahorias. La verdad es a la luz como la mentira a la sombra. Pero vayamos al terreno de la fe. “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jesús en Jn. 14: 6). La manifestación de Dios hijo, es la encarnación de la Verdad, ese por el cual podemos tener la salvación espiritual y la plenitud de la vida eterna junto al Padre. “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Rom. 10: 9). Esa es la Verdad que confesamos los cristianos. Lo que nos dice Juan es que si realmente somos cristianos, creemos en y a la Verdad, entonces somos, estamos adheridos a ella. Si lo somos realmente, no debemos dar espacio para vivir en la mentira, en la oscuridad, en la doble vida, en el pseudo cristianismo que fácilmente practicamos profesando una luz que apagamos para llevar una vida oculta cuando y donde creemos que nadie nos ve. A las puertas de un nuevo año, propongámonos una vida a la luz de la Verdad.