Vargas consolida control PRD en 2013
Hace exactamente un año, el final del 2012 fue dominado, en términos políticos, por un intento de golpe de estado interno encabezado por el derrotado candidato presidencial del PRD y su grupo PPH, en contra del ingeniero Miguel Vargas Maldonado, presidente de esa organización. El fallido zarpazo pepehachista, aprovechando la frustración de las masas perredeistas tras la derrota del 20 de mayo, buscó excusar la responsabilidad central de ésta a cargo de los errores políticos de Hipólito Mejía, achacándosela a una supuesta traición del ingeniero Miguel Vargas Maldonado. El 2013 fue objetivamente un año en el que Vargas Maldonado no sólo pudo sofocar la rebelión interna del pepehachismo en su contra, sino consolidar el control interno del partido blanco con la expulsión definitiva de Hipólito Mejía y la desvertebración de la mayoría de los cuadros que le apoyaron a nivel nacional, que paulatinamente han estado, de forma silente, integrándose a los organismos de dirección nacional y provincial del PRD. Al cerrar el mes de diciembre, Vargas logró con innegable habilidad política desarmar el discurso central de sus adversarios internos, encabezados por Luis Abinader, que tenía como eje central exigir las convenciones del PRD a partir de febrero del año 2014. El PPH, con Abinader y los grupos mediáticos que le han apoyado, intentaron fabricar una imagen dictatorial de Vargas Maldonado, que supuestamente temía “como el diablo a la cruz” el llamamiento a las convenciones internas de su partido. El presidente del PRD sorprendió a sus contrarios al reunir con un quórum de más de un 60% la comisión política de ese partido, escogiendo la comisión organizadora de las convenciones escalonadas que se harán a partir de febrero hasta agosto del 2014. Al mismo tiempo, el Tribunal Constitucional dejó sin efecto la ejecutoriedad de una absurda decisión de amparo ordenada por una jurisdicción penal en favor de Geanilda Vásquez como Secretaria de Organización del PRD, lo que innegablemente ha despejado el camino para que las autoridades del partido blanco puedan llevar a cabo los procesos de primarias internas sin mayores dificultades. La consolidación de Vargas como jefe del PRD presenta una serie de definiciones de hechos políticos de cara al 2014. La posible formación de un nuevo partido sugerido por el diputado Hugo Tolentino Dipp para alojar a los adversarios internos de Vargas ha cobrado fuerza en las últimas semanas ante las derrotas internas sufridas frente a la autoridad de Vargas Maldonado. Ha trascendido que personeros de la autodenominada sociedad civil trabajan de forma frenética en la conformación de un llamado “tercer frente” en el que convergerían Hipólito Mejía, Guillermo Moreno, Hatuey Decamps y organizaciones de la sociedad civil encabezadas por Participación Ciudadana. Otro dilema para el 2014 lo tendrá sin duda el Lic. Luis Abinader, quien deberá optar por abandonar el PRD para seguir a Hipólito Mejía en la conformación de un nuevo partido, o negociar la unidad del PRD con Miguel Vargas Maldonado, bajo el binomio Vargas-Abinader, propuesto ya ante la opinión pública por el actual Secretario General del PRD, Sr. Junior Santos. Según ha trascendido, existen sectores empresariales importantes que estarían apadrinando la unidad del PRD, como partido principal de la oposición, bajo el binomio Vargas-Abinader, a pesar de que un vocero autorizado del equipo político del excandidato vicepresidencial ha negado esa posibilidad. Lo que sí es un hecho indiscutible de cara al 2014 es que, en la medida en que Miguel Vargas Maldonado afiance el control del PRD y quede definitivamente excluido el grupo PPH del mismo, crecerán los riesgos de su seguridad personal, por lo que deberá redoblar las medidas para garantizar la misma. Lo que hay en este momento en el grupo PPH y los “oscuros” movimientos de apoyo externos que le respaldaron el 20 de mayo del ‘12, es desesperación e ira, lo que podría ser usado como caldo de cultivo para incubar una acción directa contra Vargas Maldonado. Contrario a lo que creen algunos acerca de la división actual del PRD, soy de los que cree que es un error subestimarlo como fuerza política. La posibilidad de convertirse en una opción con probabilidades de poder bajo el liderazgo de Vargas son reales, si se toma en cuenta que las elecciones del año 2016 son presidenciales, congresionales y municipales, donde todo el liderazgo provincial, barrial y zonal del partido blanco, encarnado en sus candidaturas, se empleará a fondo en el pleito electoral venidero. Ese partido sacó en el 2010 un 46% en las elecciones de medio término, bajo la conducción de Vargas. Es un hecho que nadie puede olvidar al momento de hacer proyecciones electorales.