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ORLANDO DICE

Los lances en el PLD y la batalla que viene en enero

EL MOLOTE.- La poca gente del acto de homenaje a Juan Bosch en La Vega resultó mucha a la hora del almuerzo, celebrado en los salones del club. Incluso, las tantas personas o el molote que se formó restaron solemnidad a una actividad en la que hablaron Felucho Jiménez, Rafael Alburquerque y Reinaldo Pared, todos miembros del Comité Político. Situación o ánimo muy diferentes al pasado, cuando los peledeístas eran muchachos excelentes, con buena escuela, o por lo menos con mucha educación doméstica, e incapaces de romper un plato o llevarse una cuchara. En el gobierno hay partitura, y en el partido guión, de manera que la disciplina de guardia romana debiera mantenerse. Sin embargo, no está ocurriendo así en las últimas presentaciones de Leonel Fernández. Sus seguidores se dejan ganar por los arrebatos, pierden la compostura y no responden a lo pautado. En Santiago un exaltado proclamó la fórmula Leonel Fernández-Reinaldo Pared, y eso es nuevo, pero además fuera de contexto. ¿Se llamó al orden a ese compañero? Hasta donde se sabe... EJERCICIO.- Estas cosas deben ser dichas para que se entiendan otras. Mientras Leonel Fernández hacía suya La Vega, y posteriormente Santiago, el presidente Danilo Medina repicaba su campana en el sur, de donde procede. Podría contarse lo de San Juan, pero el chisme fue en Punta Catalina, Baní, con plantas a carbón y todo. Allí el jefe del Estado se contagió con la multitud, que sí se hizo presente, y habló “de corazón”, solo que muy sobrado, pues un gobernante que juró “no tirar piedras hacia atrás”, dejó entrever algunas críticas a la gestión de la pasada administración en el campo energético. Por ejemplo, recordó que cuando el PLD volvió al poder en el 2004 el subsidio eléctrico era más o menos de doscientos millones de dólares, pero que él lo había encontrado en más de mil millones de dólares. Pudo haber sido un ejercicio de historia, pero igual de calistenia, y nadie se asoma al gimnasio a menos que vaya a entrenarse. Un juego de sombras, pero que apunta a juego de poder, aunque en lo inmediato sea juego de posiciones... INDIRECTAS.- No es que revivan el juego del tirapullas, con que los muchachos de otros tiempos mataban el ocio, pero pueden rastrearse los lances, aunque los códigos estén encriptados. ¿De qué habló Leonel Fernández en La Vega? Oh, del levantamiento de los negros contra los blancos que los maltrataban y discriminaban. E incluso se asumió como liberto al referir que cuando se pone delante del espejo no ve a Brad Pitt, sino a un mulato de Villa Juana. Esto es, heredero directo de Lemba, el primer negro en rebeldía, y Enriquillo, el primer indio insurrecto. No puede, por tanto, asociársele a la sentencia del Tribunal Constitucional, piedra de escándalo en el mundo, ni considerarlo entre los racistas de esta media isla. Que conste, pues, la distancia, y que se sepa que no come en el mismo plato que el gobierno, ahora mismo una afrenta universal. No lo dijo así, de manera tan contundente, pero como no se acepta que el gato tenga cuatro patas, como verdaderamente tiene, al discurso de Fernández le sobró o le faltó... GALLARETAS.- Así se llega, o llegan, a enero, que es como decir el mes D, cuando deberán elegirse los nuevos miembros del Comité Central, formalizar la nueva matrícula del organismo, y ese evento será puja o competencia, pero sobre todo lucha. No habla Leonel Fernández ni tampoco Danilo Medina, pero los seguidores de uno y otro se afanan en demasía. Y lo hacen por lo que significa como promoción dentro del partido, pero igual porque los CC escogerán los integrantes adicionales del Comité Político. ¿Permitirá Medina que Fernández se maneje en el proceso con la holgura y las libertades de los encuentros del 40 aniversario? Una cosa es no coquetear con la reelección ni apadrinar candidatos alternos y otra dejar que sus oponentes internos tomen por asalto el principal órgano de decisión. Incluso, conviene advertir que el nuevo Comité Político será más poderoso, pero no porque sea más grande, sino porque el Comité Central será inmanejable, por lo numeroso, y las convocatorias escasas y espaciadas. Ahora tal vez no haya patos, pero en enero podría haber gallaretas...

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