FUERA DE CÁMARA
La insolencia del Caricom
La carta insolente, irrespetuosa y desafiante de la presidenta del Caricom y primera ministra de Trinidad y Tobago al Presidente Danilo Medina, constituye una evidencia palpable de que ese organismo regional está descalificado para mediar en el conflicto con Haití. Pero también descubre las verdaderas intenciones de sus socios vecinos y el doble estándar y la hipocresía con que el gobierno de Michel Martelly alienta una crisis para enmascarar su grave conflicto de gobernabilidad con los haitianos en la calle pidiendo su renuncia. La carta de la señora Kamla Persad Bissessar exigiéndole al Presidente Medina que deje sin efecto el fallo del Tribunal Constitucional que busca regularizar la inmigración extranjera, es no sólo afrentosa y atrevida, sino violatoria de las normas diplomáticas, de los buenos modales y de la delicadeza en el trato entre jefes de Estado. Después de esa misiva, lo menos que debe hacer el gobierno dominicano es vetar la participación del Caricom en el diálogo con Haití supuesto a iniciarse el 7 de enero con la mediación de Venezuela, la ONU y la Unión Europea. Independientemente de ello, el Presidente Medina debe responder la carta de la señora Persad Bissessar para sacarla de su ignorancia haciéndole saber que en la República Dominicana existe una Constitución que separa los poderes del Estado y que la sentencia 168/13 es inapelable y de aplicación obligatoria. El colmo de la hipocresíaLa carta de Persad Bissessar tiene diversas lecturas, pero todas llegan a la conclusión de que su propósito es abortar la reapertura del diálogo entre Haití y República Dominicana propuesto por el Presidente Nicolás Maduro y programado para la primera semana de enero. Quienes conocen las interioridades diplomáticas saben que la carta de la primera ministra de Trinidad y Tobago no podía hacerse al margen del gobierno haitiano. Es probable, incluso, que la misiva haya sido acordada y redactada en Caracas durante la reunión de jefes de estados de la semana pasada. De ser así, estaríamos ante uno de los más descarados ejercicios de hipocresía y mala fe de un gobierno y de un jefe de Estado que ha sido capaz de comprometerse a un diálogo franco y abierto con un país amigo mientras a sus espaldas asume una posición descaradamente inamistosa. Nadie ignora que Persad Bissessar y Martelly “se la van” en esta campaña internacional contra la República Dominicana y que el Caricom ha sido el órgano más agresivo y pugnaz denunciando al país como violador de los derechos humanos. La situación de VenezuelaSemejante actitud tiene que estar siendo valorada muy seriamente en el Palacio de Miraflores, sede del gobierno de Venezuela, que propuso la reapertura del diálogo y se ofreció como testigo sumando además a la Unión Europea, a la ONU y al Caricom. Es la segunda ocasión en que el diálogo alentado por Venezuela es boicoteado de forma aviesa por Haití que evidentemente prefiere mantener el conflicto en el plano de la denuncia internacional procurando una condena de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos contra la República Dominicana. Haití a quien desaira con su actitud hostil y desconsiderada es a Maduro y a Venezuela, no a Danilo Medina ni a la República Dominicana. Por aquí lo conocemos muy bien. Sabemos de su hipocresía, de su doble cara y que nunca cumple sus compromisos... ¡... Con gente así no se puede ni siquiera hablar!