Opinión

EN POCAS PALABRAS…

La apertura de Pemex

Juan Guiliani CurySanto Domingo

Desde que fue nacionalizada en el año de 1938 por el gobierno de Lázaro Cárdenas, la emblemática empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) que utilizaba como estandarte publicitario el lema, “Al servicio de la Patria” ha permanecido como el principal monopolio estatal del gobierno mexicano en el área de producción de crudo, gas natural y otros derivados. Pemex ha controlado una vasta red de exploración, producción y comercialización de combustibles que le ha permitido ser la fuente más importante de ingresos tributarios en México. Después de una serie de inconformidades entre los trabajadores representados por el Sindicato Único de Trabajadores Petroleros, creado en 1935, fueron varios los intentos del presidente Cárdenas de mediar en dicho conflicto en procura de obtener un incremento salarial y mejoría en los servicios sociales de los trabajadores con las empresas en ese entonces de capital extranjero. La situación de conflicto tuvo su clímax hasta que el 28 de mayo de 1937 se convocó a una huelga general que paralizó todas las actividades del país y la suspensión del suministro de gasolina por espacio de 12 días. Pemex reporta alrededor del 40 por ciento de los ingresos fiscales del Gobierno y exportó el año pasado unos 130 mil millones de dólares. Pemex es el quinto productor mundial de crudo. La reforma energética mexicana propuesta por varios gobiernos nunca prosperó como tal y finalmente ha sido bajo la administración del priista Enrique Peña Nieto, que el Congreso dio aprobación final el pasado 12 de diciembre a la controvertida reforma que despojaría del monopolio único que por espacio de 75 años mantuvo la paraestatal petrolera. Pemex estaría ahora abierto a la inversión extranjera. Se espera que bajo las nuevas normativas de inversión el país se apreste a recibir miles de millones de dólares de parte de empresas de capital foráneo que estarían interesadas en asociarse en la exploración y producción de crudo en aguas profundas mexicanas. Se habla de compañías norteamericanas, europeas, chinas, hindúes y otros consorcios internacionales, que se dice tienen la vista fijada en invertir en Pemex. Con esta reforma se abre un nuevo capítulo de apertura económica en México, abriéndose un espacio para el ensanchamiento de nuevas inversiones extranjeras en productos como el gas natural y la producción de fertilizantes.

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