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Opinión

FUERA DE CÁMARA

¡Hablemos con Haití, pues!

Lo ideal es que se produzca un diálogo sincero, franco, amistoso con el vecino... Porque lo que ha dicho el presidente Danilo Medina es verdad: con Haití estamos unidos hasta que la muerte nos separe. El problema es que las autoridades haitianas son poco confiables, no cumplen sus compromisos y andan siempre con la daga debajo de la camisa... Nos han engañado una, dos, tres y todas las veces. Y siempre que han podido, nos dan la puñalada trapera. Se dirá que ahora es distinto porque están de por medio Venezuela, Naciones Unidas, la Unión Europea, el Caricom... Y que la agenda de la negociación estará abierta a todos los temas comunes a los dos países, como dijo el presidente Nicolás Maduro. Pero es obvio que a Haití sólo le interesa hablar del problema migratorio y las consecuencias que le acarrea la sentencia 168/13 del Tribunal Constitucional. La prohibición de la importación de pollos y huevos dominicanos fue una decisión arbitraria y unilateral del gobierno haitiano que precedió a la sentencia regulatoria. Y aunque el gobierno se quejó, la respuesta de Haití fue siempre desdeñosa e indiferente y justificó su decisión con argumentos mentirosos. La única razón que mueve a Haití, a Maduro y al Caricom en esta fase del conflicto, es la anulación de la sentencia que ha generado sus quejas y cuya aplicación no puede ser negociada por tener carácter soberano e irrevocable. ¿Quién metió a la ONU y la UE?Lo de la participación en esas conversaciones de la Organización de las Naciones y la Unión Europea no está muy clara... En cualquier caso, su presencia es beneficiosa por cuanto hasta ahora han sido de los pocos organismos que han asumido una posición sensata en el conflicto. Se supone que el presidente Maduro los consultó antes de citarlos como testigos del reinicio del diálogo entre Haití y República Dominicana... De lo contrario, habría sido imprudente involucrarlos en un conflicto diplomático en que han querido poner distancia desde el principio. Lo que sí se hizo notar es la indiferencia con que el Presidente de Venezuela trató a la Organización de Estados Americanos, a su secretario Insulza y a su Comisión de Derechos Humanos, que han tratado el tema con ostensible parcialidad. Maduro, por su parte, trata de asumir un liderazgo regional aprovechando una coyuntura económica que lo llevó a citar en Caracas a los presidentes de los países del Alba y a los beneficiarios de Petrocaribe en un arroz con mango al estilo de su mentor y guía, el difunto presidente Chávez. La conveniencia de MartellyAl presidente Michel Martelly le ha convenido políticamente el conflicto con la República Dominicana en tanto logra camuflar, al menos momentáneamente, el problema político de gran calado que confronta su gobierno. Las turbas se mueven a su antojo en los barrios de Puerto Príncipe pidiendo la cabeza del Presidente, pero un sector progubernamental se las ha ingeniado para confundir lanzando a las calles a grupos con pancartas en contra del vecino dominicano. Y mientras el gobierno haitiano recibe presión internacional, incluyendo del gobierno norteamericano, para que celebre las parciales parlamentarias atrasadas por casi dos años, Martelly se agencia el apoyo de organismos y presidentes amigos que barnizan “su lucha” a favor de los derechos humanos. Pero políticamente era conveniente que el presidente Medina se abriera a la negociación... ¡...Finalmente hablando no se pierde nada!

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