Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

¿Titulación o cambio cultural?

(II)

La intención del título que encabeza este artículo es insistir en que, tal como se indica en el trabajo anterior, la formación docente debe orientarse al cambio cultural de los potenciales educadores, procedentes en su gran mayoría del mundo de la exclusión social, y no sólo a la capacitación académico-disciplinar. Lo que es más, que sin el esfuerzo por desarrollar transformaciones importantes en el universo cultural, sus posibilidades de aprendizaje se encuentran severamente limitadas en la medida en que una serie de actitudes y destrezas básicas están ausentes o tenuemente presentes en estos maestros fruto justamente de su condición social. Cuando hablamos de exclusión es también a esto a lo que nos referimos. Es un imperativo entonces conservar lo positivo de este mundo cultural, que se ubica sobre todo a nivel valorativo desde donde se alimenta actitudes fundamentales para la convivencia, y modificar las carencias para poder mejorar la formación de los maestros y maestras. Para ello, en mi opinión se trata de generar un ambiente educativo que resulte en una exposición constante y obligatoria a situaciones que fomentan actitudes nuevas y buenas prácticas docentes. Una “inmersión formativa integral” que combine intensidad, rigor, repetición y contacto extendido con docentes excelentes con el apoyo del recurso de las nuevas tecnologías. Y esto en el contexto de un esfuerzo crítico-reflexivo de su condición social y la de sus estudiantes que conduzca al incentivo de la responsabilidad ciudadana transformadora. Este podría ser un camino exitoso para la transformación cultural de los aspirantes a docentes y docentes en ejercicio, en un lugar adecuado y un período de tiempo relativamente breve. Aunque no de manera exclusiva, estoy pensando prioritariamente en docentes del primer ciclo de la educación básica. La idea de inmersión nos evoca la cuestión del espacio, el tiempo, y el ambiente de la formación como recursos pedagógicos fundamentales. Se trata de convertirlo “todo” en “ocasión educativa”. Esto se traduce, por un lado, en el diseño de un currículum, un espacio y un tiempo adecuados para una acción orientada a la integralidad educativa. Espacio-tiempo para la docencia, para el silencio y la reflexión, para el estudio individual y colectivo, para la lectura, para el deporte, para las artes con insistencia en su apreciación, para el almuerzo humanizado y la merienda. Buena parte de estos elementos brillan por su ausencia en el mundo de la exclusión social y, en consecuencia, están ausentes o son precarios en el horizonte cultural de nuestros docentes. Pero su construcción es posible y necesaria como condición fundamental para el aprendizaje. Esto puede hacerse utilizando adecuadamente los recursos educativos para producir el efecto de la inmersión. Desde el punto de vista del espacio-tiempo, se trata de disponer un uso intensivo: de 12 a 18 meses de trabajo, con un diseño de la “cotidianidad educativa” que asegure la participación-exposición a buenas prácticas planificadas de manera minuciosa. Todo ello acompañado de la exigencia académica orientada por la demanda innegociable de rigor. Se trata de desarrollar buenas prácticas que sean en sí mismas educativas. De hacer que ocurran procesos de calidad que solo lo aseguran quienes pueden entenderlos en cada ámbito. De ahí la imprescindible presencia de docentes de excelencia como condición para el éxito de estos procesos. Y ello en un doble sentido: primero en lo que tiene que ver con el manejo disciplinar y, segundo, en lo que se refiere a su capacidad de constituirse en “ventanas” hacia el conocimiento del mundo, las actitudes imprescindibles para ello y los valores que fundamentan una acción docente medianamente decente. Cuatro bloques conforman, entonces, el ordenamiento curricular de este esfuerzo: humanístico, disciplinar, crítico-político y pedagógico-didáctico. Continuaremos. IDEANDO Una carga pesada HEDDEL CORDDERO Para todos los que formamos parte de la industria publicitaria nacional, es decir, agencias publicitarias, emisoras de radio, canales de televisión, periódicos, productores independientes de programas, locutores, estudios de grabación, productores de comerciales de televisión, jingleros, fotógrafos, etc., el pago del 18% de itbis es una verdadera calamidad. De todo lo facturado mensualmente por la industria publicitaria nacional, el 18% de itbis debe ser pagado antes del día 20 de cada mes. Para los negocios que venden sus servicios o productos de contado esto no representa ningún inconveniente porque simplemente retienen y pasan al estado el impuesto. Pero para el sector publicitario, que siempre cobra meses despues de facturar, esto constituye un financiamiento y una carga económica pesada. Amén del riesgo que entraña avanzar un impuesto que puede no ser recuperado. Estas realidades las conocen los cobradores de impuestos del estado. La conoce el presidente de la república. La conocen los que hacen opinión pública en el país. La conocen los analistas económicos de los medios. En fin, la conoce todo el mundo y es un pesar que perjudica a muchos, pero al cual nadie hace caso ni ayuda a corregir para evitar que se arruine la industria. Tanto en el gobierno como en el congreso nacional, deberían reconsiderar esta pesarosa carga que lleva forzados a todos los actores del negocio. Los que pagamos religiosamente nuestros impuestos tenemos fuerza moral para exigir alguna disposición que alivie este inconveniente y nos permita desarrollar nuestra actividad profesional con menos adversidades. Como estamos ante un presidente que escucha y es sensible a estas inequidades, en nombre de todos los que vivimos de este negocio en el país, le pido al gobierno desde esta humilde tribuna, que pondere estos razonamientos y cree las condiciones para que podamos continuar avanzando en esta industria que es promotora de la economía nacional y bujía inspiradora del mercado local. Aspiramos a que estas inquietudes den origen a una revisión que procure “corregir lo que está mal”.

Tags relacionados