PEREGRINANDO A CAMPO TRAVIESA
La reacción de Lutero
Mientras se recaudaban fondos para construir la basílica de San Pedro, a base de “la venta” de indulgencias, Lutero reaccionó contra la “despreocupada seguridad... [y la] charlatana predicación...”. Lutero vivió angustiado durante años acerca de su propia salvación. ¡Y ahora la salvación se vendía barata! El 31 de octubre de 1517 Lutero dio a conocer sus tesis. Se discute si Lutero clavó o no las tesis en las puertas de la Iglesia del Castillo y de la Universidad de Wittenberg. “Su ataque no se dirigía sólo contra la indulgencia, sino ya también contra la potestad que la concede”. Al parecer, en ese momento, Lutero no tenía intención alguna de separarse de la Iglesia. Giacomo Martina (Ü 2012) se pregunta si esto [fue] culpa de la jerarquía o radicalización del agustino. Se sabe que Lutero les escribió, a su Obispo y al propio Alberto de Bandeburgo a quien envió una copia de sus 95 tesis. Lutero reaccionaba contra la soberbia humana ante la salvación. Desde hacía siglos, algunos creían erróneamente que ciertas prácticas, Lutero las llamará “obras”, uno ganaba la salvación. Para remediar este abuso, Lutero, se fue el otro extremo, sosteniendo que el obrar humano no sirve de nada en el proceso de la salvación. Por eso afirmaba: “Solo la fe”, entendiendo la fe como una confianza en la misericordia de Dios por parte del ser humano, totalmente corrompido. Tal y como lo entendió Erasmo de Rotterdam, Lutero negaba la libertad del hombre pecador. Desde mi visión católica, conviene destacar el acierto de Lutero en rechazar esas actividades, que bien pudieran calificarse de una negociación con Dios. Considero errónea la visión de Lutero sobre el papel del ser humano en la salvación. Si no podemos responder nada a la semilla de salvación regalada por Jesús, ¿qué sentido tiene, por ejemplo, la parábola del Sembrador de Jesús, en Mateo 13, 1-23? ¿Le quita algo a Dios, nuestro Creador, la respuesta humana? Lutero atacaba enseñanzas mal fundadas de los jerarcas católicos. Para ello, se fue al otro extremo, afirmando, “solo la Escritura”. Así le quitó todo valor a la tradición y la enseñanza de los pastores sucesores de los apóstoles como si necesariamente estuviesen en conflicto. En gran medida, fueron Lutero y los protestantes los que revalorizaron la Escritura, pero, ¿acaso no es contrario a la Escritura negarle valor a la tradición? La Palabra de Dios se conservó en la tradición oral, antes de ponerse por escrito. Lea 1™ Corintios 15, 3, Pablo transmite lo que a su vez recibió. Finalmente, contra una jerarquía que infantilizaba a los fieles, Lutero se fue al extremo de afirmar, “solo Cristo”. Cierto que todos los fieles participan en su sacerdocio universal de Cristo, pero ¿no tomó Cristo la iniciativa de elegir apóstoles? Y, ¿no respetará Lutero un liderazgo al servicio de las comunidades? Cristo preside, porque procede del Padre no de la comunidad. La comunidad no fabricó a Cristo. El autor es profesor asociado de la PUCMMmmaza@pucmmsti.edu.do