Referendo, reelección y el despropósito del senador

SIN PUNTO.- La declaración del presidente de la Junta Central Electoral pone punto sobre una vocal que desde el principio y sin tilde era innegablemente una i. El Referendo es el referendo y la Reelección es la reelección. Incluso, no había razón para que se confundiera una cosa con la otra, y ni siquiera la circunstancia era apropiada para que lo segundo se sobrepusiera a lo primero. Las culpas todas serán del senador Euclides Sánchez, y realmente no pueden ser cargadas a más nadie, pero sí debe saberse ñdesde ahora y para siempre-- que muchos de sus colegas o compañeros de partido eran capaces de esa propuesta. Primero, por la ociosidad que impera en las cámaras, en que se gasta más tiempo en jugar con tierra y un palito que en legislar. Segundo, porque los políticos aprecian más las taras que las virtudes de la democracia. Y tercero, porque a falta de los perredeístas, los peledeístas se sienten obligados a decidir entre ellos. No hay otra explicación para el desaguisado, o dicho en términos más crudos, el despropósito... EL CORO.- El senador Euclides Sánchez es un francotirador dentro de su partido, y permanentemente apunta y dispara, aunque no siempre da en el morado. ¿Por qué ahora que habló de la reelección encontró eco y sobre todo coro? Ocupados como están sus colegas en preparar cajas o canastas a repartir entre amigos y relacionados, o sus electores en sentido general, ese tema les vino como anillo al dedo. Una manera de entretenerse a final de año. Después de tanto ir y venir, se pensaba que la reelección no era más la Hidra de la siete cabezas, como fue llamada en tiempos de Joaquín Balaguer. Sin embargo, y por lo visto, tiene más vidas que un gato y no importa de cuan alto caiga, siempre de pie y sin lesiones. Como la curiosidad mató el gato, dice el refrán, llama la atención que entre los opinantes no se cuenta a los perredeístas. Los peledeístas se quedan solos con el debate, y los más tibios recuerdan la modalidad americana: una vez, y ya. ¿Oh, y acaso no fue esa la que se eliminó con la Constitución del 2010?... LA CURA.- La declaración de Roberto Rosario es importante, porque recuerda que el proyecto de ley sobre el Referendo busca llenar una laguna. Que se trata de una ley marco, y que complementa la Constitución del 2010, que creó esa figura y que no se había cumplido con ese requisito. Es decir, que los legisladores no hicieron una parte que les correspondía y tuvo la Junta Central Electoral, la misma que promueve una ley de partidos y su consiguiente electoral, que aplicarse a la tarea. Claro que el presidente del organismo trata de curarse en salud y salirse de una posible emboscada política. El proyecto no es cosa de la semana pasada, sino que la iniciativa fue aprobaba por el pleno de la JCE en junio, incluso de manera unánime, y sometida ahora. La discusión sobre reelección no es obra suya, y al parecer teme que lo marginal se constituya en importante. La inquietud es válida, pues los cantos de las sirenas desvían y provocan los mayores naufragios. Y si no se aclara a tiempo el panorama, los ruidos pueden estropear la ocasión... EL CHUCHO.- Que la Junta Central Electoral someta el proyecto de ley sobre Referendo que aprobó de manera unánime en junio al conocimiento de las cámaras en diciembre, lleva a pensar en segundas intenciones. Por ejemplo, que el organismo o su presidente quieren salirse de debajo de la patana de la sentencia del Tribunal Constitucional, y la mejor manera es cambiando interés y sesgo en el debate nacional. Si fuera así, como se sospecha, bien hecho. No se puede estar en lo mismo todos los días, y además, contrario al juicio de algunos interesados, lo suyo es aplicar los protocolos decididos por otros poderes públicos. No solo del TC, que tiró la primera piedra, sino del Ejecutivo, que se vio obligado a asumir todos los pecados de la adúltera. Aunque no basta con recogerse, sino hacer su parte de manera rápida y eficiente, pues aunque se denuncia el país y se presiona al gobierno, no hay dudas de que los cañones serán dirigidos contra los órganos encargados: Junta Central Electoral y Dirección Nacional de Migración...