Navidad y arte clásico

La Navidad, o conmemoración del Nacimiento de Jesús, ha sido un tema de interés para infinidad de artistas de todos los tiempos y espacios. Lo tierno y lo sublime, lo grandioso y lo sencillo, lo luminoso y lo enigmático de aquella escena del Niño Dios en un pesebre ha inspirado bellísimas obras de arte. Y no ha importado la postura religiosa o ideológica de sus creadores, pues las piezas proceden tanto del mundo cristiano como pagano. Hay pinturas del Nacimiento de Cristo que forman parte del arte clásico. Entre ellas están las pinturas que recrean el anuncio del arcángel Gabriel a María, la visita de la Virgen a su prima Isabel, el Niño Jesús en el establo, la adoración de los pastores, la de los Reyes Magos y las otras que representan diversos momentos de este gran acontecimiento. La mayor parte de las creaciones sobre la Navidad se basan en el Evangelio de San Lucas, pues es el escritor sagrado que ofrece más detalles del tema, y además, contagia con el aire de alegre celebración que predomina en su historia. Para Lucas, las circunstancias que rodearon el Nacimiento de Jesús se asemejan a un jubiloso musical. Los personajes se muestran sucesivamente llenos de regocijo por este hecho tan especial que se gestaba en el mundo. Hoy, más de dos mil años después, pintores y escultores siguen cautivados por la celebración del Nacimiento de Jesús y participan del general regocijo. Pues durante la época de Navidad la gente come mejor, se siente más dispuesta, escucha música conmemorativa, contempla los retablos navideños y canta villancicos. Los sentimientos festivos son suaves añoranzas, dulces evocaciones del extraordinario momento en que Dios se hizo hombre y vivió en esta tierra.