PANCARTA
Entre Leonel y Manolo: el abismo y la tragedia
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El próximo sábado 21 de diciembre es el 50 aniversario de la muerte de Manolo Tavárez y 16 compañeros en el alto de La Diferencia a escasa distancia de Las Manaclas, cordillera central. La juventud debe adentrarse en conocimientos sobre el liderazgo de masas de Manolo y lo que significó el Movimiento Revolucionario 14 de Junio forjado en la clandestinidad y luego en la actividad pública durante 2 años y dos meses (1961-63) cubriendo la geografía dominicana. La calidad humana de Manolo se conoce por sus propios escritos, igual que la firmeza en principios éticos irreductibles. Las conferencias y discursos ante concentraciones masivas evidencian la voluntad de Manolo de mantener en alto el ejemplo de la Raza Inmortal, como despegue con el norte de la liberación social y de plena soberanía del pueblo dominicano. Por eso es que Manolo Tavárez es la máxima referencia del líder de masas de pensamiento coherente en la historia contemporánea dominicana. Fue un líder honesto, de una sola cara, incapaz de simular, respetuoso de los recursos públicos, y de la honra de los luchadores revolucionarios. ¿Quién es el dirigente político que representa la referencia principal de todo lo contrario? Sin dudas, Leonel Fernández. Entre Leonel y Manolo existe un abismo ético profundo. La tragedia múltiple que padece el pueblo dominicano fue diseñada por Leonel Fernández desde el 2 de junio de 1996, aunado con Joaquín Balaguer, en el Palacio de los Deportes con el “Pacto Patriótico”. Fue el velatorio político inmerecido por un Juan Bosch que sufría de arteriosclerosis, la pérdida de su memoria y de sus facultades intelectuales Agregue el oportunismo inédito con Emma Tavárez, historia repetida cuando Leonel hizo malograr a Delio Gómez Ochoa. Aquel acto perverso del 2 de junio es una efeméride de la tragedia dominicana del tiempo que transcurre. El patriotismo carabelita y la más cínica dominicanidad fueron dos de sus trompetas. Manolo Tavárez es una bandera-denuncia de la tragedia que afecta al pueblo dominicano desde el 2 de junio de 1996, bautizada por Balaguer como “el camino bueno”. Ese 2 de junio del “camino bueno” resultaba el augurio de otros picazos como el de la torre Atiemar: elevada expresión de la tragedia ante los ojos del mundo.