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FUERA DE CÁMARA

El “cubo” a Sobeida Félix

Cuando a Sobeida la trajeron de Puerto Rico esposada, con chaleco antibala y casco de guerra, dije en televisión que más que compasión daba rabia el comportamiento altanero y arrogante de una mujer que se burlaba de la Justicia con el mayor descaro. Aquella mañana en que la bajaron a Ciudad Nueva a formularle cargos, parecía que iba a un concurso de belleza más que a un encuentro con la ley que contempla fuertes sanciones a delitos como el que se le imputa. De forma extraña la gente aglomerada en los alrededores del Palacio de Justicia comenzó a aplaudirla y a vitorearla mientras ella caminaba por la pasarela de la fama. Se había convertido en un personaje de novela... ... Sobre todo después de los videos aquellos que difundió maliciosamente la Dirección de Drogas y que se vendieron como pan caliente en el semáforo de cualquier esquina. Habría que hurgar en los intersticios psicológicos de los dominicanos para hallarle explicación a semejante comportamiento: una mujer de cierto atractivo físico que se une a lo peor para hacer bellaquerías y es recibida por la gente como una heroína. Aquello que parecía un personaje libreteado del bajo fondo social, cobraría vida propia poco después cuando el ministerio público la sentó a negociar las condiciones de su confesión y la “entrega voluntaria” de los bienes que se había ganado con el sudor... de su frente. Dijo todo lo que sabía...Sobeida negoció cinco años de prisión con la condición de que a mitad de condena, con la opción legal de optar por la libertad condicional, el ministerio público no se opondría a su excarcelación. Ese tipo de transacción es legal en algunos países, pero en los Estados Unidos llega más lejos si la información que se recibe contribuye con el desmantelamiento de una red mafiosa y cae en el rango federal del sistema de protección de testigos claves. La Fiscalía del Distrito Nacional --cuyo titular era entonces el doctor Alejandro Moscoso Segarra, actual miembro de la Suprema Corte de Justiciañ, incumplió su parte y llegado el momento de la verdad se mantiene opuesta a la libertad de la reclusa alegando que el caso está fuera de su jurisdicción. Ayer se pronunció contra la actitud del ministerio público el pasado procurador general de la República, doctor Radhamés Jiménez Peña, que encabezó la negociación con la reclusa Félix y que comprometió la posición del Estado a cambio de su confesión. Puede complicarseEl abogado de Sobeida, doctor Félix Portes, someterá hoy una instancia de oposición a la transferencia de los bienes entregados “voluntariamente” por su cliente a cambio de una condena atenuada y su libertad provisional al cumplir 30 meses de prisión. Considera que “si la negociación no es válida para una cosa, tampoco puede serlo para la otra”. Y tiene razón. Es evidente que a Sobeida la engañó el sistema judicial en el que confió y que consecuentemente ha quedado descalificado para futuras negociaciones en casos similares. Porque no parece posible que en lo adelante el ministerio público pueda transar con imputados declaraciones que ayuden en una investigación sensitiva... Los viejos métodos siguen siendo más convincentes en procura de pruebas para la acusación. El mundo de Sobeida define muy bien el tipo de engaño de que ella ha sido víctima... A eso antes le decían “un cubo...”

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