Tiempo para el alma
“No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas”. Sal. 103 (102): 10. Perdón Señor por abusar de ti. Perdón por tomar de manera festinada los ‘70 veces 7’ de tu misericordia. Perdón por no corresponder ni mínimamente todo tu amor, la infinitud de tu bondad, el prodigio de tu paternidad. Perdón por ser insensata, por excusar las fallas en mi humana condición de debilidad; perdón por no dar la milla extra que debería, que deberíamos. Gracias por no mirar lo que fui, lo que soy, lo que fueron y son tus hijos. Gracias por hacer ‘borrón y cuenta nueva’ cuando sinceramente busco tu perdón y ruego tu misericordia. Te cubres los ojos para mirar mi corazón y entonces descubres lo que yo misma no veo, descubres las esperanzas de reivindicación, el futuro del deseo interrumpido pero interminable de querer ser cada vez más como tú en una lucha constante hacia la meta de la fe.