Danilo y la visita

¿Puede cualquier dominicano que lo desee cruzar la frontera y entrar a Haití sin ningún tipo de documentación? ¿Cuál es la suerte de los criollos que logran entrar irregularmente a los Estados Unidos y son localizados por las autoridades migratorias? Aunque todo el mundo lo sabe, es oportuno recordarle a extranjeros y nacionales que pecan de mala memoria y exigen que el país haga con los ilegales en su territorio lo que nadie hace por los nuestros en otras tierras, que en el primero de los casos lo que de entrada está en juego es el pellejo del nativo de este lado de la isla que se aventure a cruzar la frontera, con o sin papeles. Y en el segundo, no es un secreto que a Estados Unidos nadie le impone reglas de juego ni le dobla el brazo en materia migratoria. Como botón de muestra, el paquete de dominicanos que, cada cierto tiempo, nos mandan de regreso (algunos de ellos apresados por cualquier “quítame esta paja” y muchos otros “graduados” en alta delincuencia). ¿Dónde está la “sensibilidad” de otros presidentes o quién toma en cuenta los “derechos humanos” cuando son dominicanos los que están indocumentados o ilegales en otras tierras? ¿Quién le dice a los EEUU, a Haití o a los demás países que han estado torpeando al nuestro por la sentencia del Tribunal Constitucional lo que tienen que hacer o dejar de hacer como Nación? En verdad, la intromisión y el atentado a los intereses nacionales han sido, y siguen siendo, muy grandes e inaceptables. Pero lo más penoso (y hasta Duarte tuvo sus críticos y persecutores locales en su proyecto patrio contra el yugo haitiano) es que los dominicanos ni siquiera para ver dónde está la línea de peligro o de daños a la dignidad y la soberanía del país nos ponemos de acuerdo. Y así, divididos o dándole argumentos a los que urden planes contra la nación, no creo que vayamos a llegar muy lejos; a lo más que podríamos llegar es a que nos agarren disgregados y cansados (se habla de que en el propio seno del Gobierno hay dos corrientes sobre el tema). Incluso, al presidente Medina con error de invitar al país a un órgano prejuiciado como la CIDH, mañana le pudieran culpar de abrir una válvula y facilitar las cosas a los visitantes, en caso de un informe sesgado y nada favorable al país. ¿Por qué “bandeja de plata “para quien se sospecha viene con “cartas marcadas”?