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En la diana

Primer tiroSi la esencia del actual modelo de política macroeconómica continúa a partir del 16 de agosto, y si se toman en cuenta las variables relevantes, entonces es muy probable que la medición y proyección del balance de los riesgos macroeconómicos se incline hacia un resultado neto positivo a favor de la estabilidad y el crecimiento durante los próximos trimestres. El balance de las fuerzas externas negativas que desaceleraron ligeramente la actividad económica en el primer trimestre muestra una clara tendencia permanente a inclinarse en sentido contrario en los próximos períodos. El crecimiento del turismo, las zonas francas y las demás exportaciones sugieren que la crisis de la deuda pública en Europa y el lento crecimiento en los Estados Unidos no están afectando la demanda externa de bienes y servicios nacionales. A partir de los fundamentos reales de la economía mundial y la proyección de los precios del petróleo y otras materias primas importadas, se puede esperar que el saldo corriente con el exterior continúe mejorando en los próximos trimestres. Segundo tiroEl mantenimiento de un tipo de cambio competitivo y la mejoría de las condiciones externas indican que hay espacio para acelerar el ritmo de crecimiento a través de las exportaciones de bienes y servicios. Pero no menos halagadoras son las proyecciones de los balances de los riesgos internos. La tasa de crecimiento del crédito al sector privado en moneda nacional y la interanual de inflación están cayendo aceleradamente. La primera se encuentra ya muy por debajo del crecimiento nominal de la economía, y la segunda también está por debajo del límite inferior del rango de la meta de inflación contemplada en el Programa Monetario, lo que significa que también existe un amplio espacio para acelerar el crecimiento y cerrar la brecha del producto a través de la expansión del consumo y la inversión privada, sin poner en riesgo la estabilidad de los precios internos y del tipo de cambio. Tanto en términos externos como internos, las fuerzas inclinan claramente la balanza hacia el lado del crecimiento y la estabilidad. Tercer tiroUn factor de mucho peso en el balance de riesgos internos es la situación fiscal. Mientras se formula la tan mencionada “reforma fiscal integral” y se establece algún tipo de acuerdo con el FMI, sería muy conveniente la aplicación de algunos criterios de “emergencia fiscal” que aseguren el debido equilibrio entre la sostenibilidad y un mínimo de gasto público complementario a la demanda interna privada. Tres criterios de alto impacto podrían ser: 1) aumentar la condicionalidad de las transferencias al sector eléctrico, sujetándola a un mejor desempeño de las distribuidoras, a un menor rezago en la tarifa y a un máximo de producción de energía, 2) un presupuesto complementario que aumente el tope del déficit y amplíe la base de su financiamiento a través de deuda interna, 3) un refinanciamiento de los vencimientos de más corto plazo. Posteriormente se tendrá que tomar en cuenta que equilibrar permanentemente la balanza fiscal será un proceso de rebalanceo entre ingresos, gastos y deuda, en el que el peso de los que tributan poco no puede ni debe inclinar a su favor la balanza del proceso.

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