Saber hablar
El mundo es diálogo por naturaleza. Vivimos en comunicación constante y permanente con los demás. Aquellos que comunican mejor logran mayores éxitos políticos, académicos, profesionales, económicos y sociales. Es simple: la comunicación es poder. En los continentes, regiones y países a veces hablamos la misma lengua pero no el mismo idioma. España y América Latina hablan la misma lengua, sin embargo, el uso lingu¨.stico es distinto en la comunicación diaria según los tipos de sociedades y culturas. Lo que en España se denomina coche, conducir y volante en Latinoamérica es carro, manejar y timón. Y la lista continúa… Aquellos que expresan y comunican sus ideas con claridad, terminan imponiendo sus decisiones a los demás. En procesos electorales, un voto puede decidirse a favor o en contra, por el buen o mal uso lingu¨.stico del candidato. Los candidatos a la hora de expresar sus ideas y propuestas deben considerar las circunstancias comunicativas y los diversos públicos. Un discurso para productores del campo, es distinto a un discurso académico. Hay que situarse del lado del oyente. Hay que analizar bien lo que se dice, a quién se dice y cómo se dice. Es un juego de palabras que seis autores españoles, analizaron en un libro del Instituto Cervantes titulado “Saber hablar”. La obra explica con claridad cómo expresar y comunicar lo que pensamos. “Saber hablar no es un don, no proviene de ninguna cualidad innata; para hablar bien se necesita un entrenamiento y un ensayo continuo”. Los artistas son un buen ejemplo. A pesar de escribir y componer sus canciones, cuando hay presentaciones hay que ensayar. Esto es válido para los candidatos. Si va a hablar frente a los medios de comunicación, en un escenario amplio y diverso, es recomendable que escriba su discurso, lo lea repetidas veces y practique hasta aprenderlo casi de memoria. El resultado será elegancia, claridad y satisfacción de la audiencia. Si se atienden estas observaciones la generalidad se expresara diciendo: ¡excelente discurso! Con esto se ganan simpatías, adherencias y votos, que es el fin último que persigue un candidato. Por tanto, escriba y practique. ¿Qué es hablar bien? Según los autores Antonio Briz, Marta Albelda, María José Fernández, Antonio Hidalgo, Raquel Pinilla y Salvador Pons, es el arte de persuadir, convencer, usar de modo correcto el lenguaje, la norma gramatical, la situación, el público, el tiempo, tener ideas claras, usar de manera estratégica el lenguaje para lograr los objetivos previstos, ser consciente de los mecanismos y buen uso de la lengua y ponerla en práctica. “Es una actividad natural, además de una cualidad intrínseca, esencial y común al ser humano, pero hacerlo bien requiere de la educación del habla mediante procesos de aprendizajes y técnicas diferentes. Hoy más que nunca saber hablar bien es una necesidad”. Si queremos alcanzar las metas propuestas, la comunicación debe ser clara, sencilla, precisa y estar en contexto. Las palabras muy rebuscadas, pueden sonar bien al oído del oyente, pero no siempre se comprende el mensaje que se quiere transmitir. Hay que ser claro, decir lo que se quiere que el oyente escuche y entienda sin ambigu¨edades o confusiones. No es aconsejable para los candidatos mantener niveles intelectuales muy altos a la hora de pronunciar un discurso, salvo raras excepciones. Hay que cumplir con la regla de oro de adaptar las intervenciones a la capacidad de razonamiento y recepción del público. Gabriela Reyes, catedrática de Lingu¨.stica de la Universidad de Illinois-Chicago, y autora del libro “Cómo escribir bien en español”, explica que para aprender a escribir textos eficaces hay que tener consciencia de qué es el lenguaje y para qué sirve. Si un candidato va a exponer sus ideas a un grupo de taxistas o choferes del transporte público y lo hace con lenguaje incomprensible está condenado al fracaso. Un buen ejemplo es lo que plantea G. Reyes en la siguiente expresión: “La esquizoide del barroquismo léxico y el furor neológico ocultan el simplismo de una trama construida como una fábula didascálica más que como el desarrollo de una diégesis meramente indiciaria”. Si habla en estos términos a choferes no se entenderá nada. Los candidatos deben hablar con claridad y su lenguaje debe adaptarse a las características de los receptores. Es importante que los candidatos conozcan quiénes son sus interlocutores: características, nivel sociocultural, edad, sexo y expectativas. Estas informaciones son esenciales para el diseño de un diálogo o discurso. Un buen vendedor es aquel que estudia sus potenciales clientes y sus intereses; y un candidato es un vendedor de sueños, de esperanzas, de ilusiones, de propuestas que el elector compra o rechaza. La compra dependerá de la forma de comunicación de las propuestas. Si las comunica correctamente la venta es segura, de lo contrario, el negocio quiebra, el candidato pierde. El libro “Saber hablar” explica con claridad “las pautas necesarias para expresar lo que pensamos; facilita la comunicación entre las personas; amplía los procedimientos de generación y precisión de ideas, de comunicación y de planificación; nos ayuda a relacionar de forma conveniente el contenido del tema con la expresión; a elegir el registro y estilo adecuado, y nos enseña a aplicar las técnicas de revisión y corrección exigidas en cualquier presentación oral”. Es un libro guía, para profesionales, académicos, intelectuales, políticos, vendedores, y para todo aquel que quiera comunicarse correctamente. La comunicación está presente desde el nacimiento, casi se nace hablando, por lo menos gritando. “Saber hablar” es un buen libro. El autor es senador de la República.