Opinión

Gallup o... apaga y vámonos

Juan Carlos GuerraSanto Domingo

Los números de la encuesta Gallup ya están suficientemente debatidos. Una gran parte de la ciudadanía sabe que según esta prestigiosa firma Hipólito Mejía tiene una intención de voto de 47.9% y Danilo Medina alcanza un 42.6%. En comparación con la entrega de agosto, mientras Hipólito se paraliza, Danilo avanza casi 10%. Pero más allá de los datos arrojados por esta encuesta, como que en la percepción acerca de quien ganará las elecciones hay un empate estadístico entre los candidatos del PRD y el PLD o la repetición del 48% en una eventual segunda vuelta para Hipólito versus Danilo, la Gallup debe llevar a una profunda reflexión entre los directivos de campaña en mi partido. Cuando las preferencias electorales por una candidatura se congelan, paso siguiente es la caída, a menos que haga una jugada de impacto que motorice una nueva escalada o que motorice una nueva escalada. Partiendo de que ya Hipólito Mejía ha escogido a su compañero de fórmula y que al parecer sus avezados estrategas se han decantado por continuar la misma línea argumental de la precampaña contra Miguel Vargas consistente en una estrategia de acoso y derribo resumida en la pegajosa frase ¡Llegó Papá! todo indica que no veremos nuevos elementos en el territorio blanco. El empecinamiento en las huestes de la candidatura presidencial por marginar al principal activo político del PRD, Miguel Vargas, es una decisión irreversible, a pesar de los grandes sacrificios e ingentes esfuerzos hechos por el líder perredeísta para allanar la vuelta al Palacio Nacional de Hipólito Mejía. Prueba de ello es la integración entusiasta a la campaña, por instrucciones del propio Miguel, de la gran parte de su equipo político encabezados por Alfredo Pacheco, Andy Dauahjre, Neney Cabrera, entre otros. Otra parte se mantiene en las labores institucionales del PRD haciendo grandes aportes para el triunfo blanco. Sin embargo, las simpatías por la candidatura presidencial se mantienen congeladas, y la actitud hostil hacia Miguel Vargas y sus seguidores persisten. Tal parece que el entorno del candidato presidencial de mi Partido entiende que la victoria electoral y la gobernabilidad de la nación son posibles en ausencia del líder del PRD. No quiero pensar ni por asomo que desde el Comando de Campaña se tiene más interés en bloquear a Miguel Vargas para el 2016 que en cristalizar una victoria anhelada por la voluntad manifiesta de una mayoría ciudadana cansada de la ineficiencia peledeísta en el gobierno y decidida a darle una nueva oportunidad al PRD. Regreso a Gallup con una pregunta. Si Danilo Medina solo, con sus carencias y su gobierno en un mal momento, ha podido crecer casi 10% en apenas tres meses, ¿hasta dónde podrá llegar cuando Margarita, Leonel y los recursos del Estado entren al ruedo? Los perredeístas debemos tener presente que el adversario no sólo es fuerte sino que está decidido a vencernos. Nuestra victoria sólo será posible si desde el entorno de Hipólito sueltan el garrote y tienden un puente de plata para recibir como se merece al líder del Partido, Miguel Vargas. Si antes de Gallup la consigna de Hipólito era: “Yo gano como quiera.” A partir de ahora debe repetir como mantra: “Todos somos necesarios.”

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