Opinión

Intranquilidad

La Junta Central Electoral debe, institucionalmente, explicar a la población qué es lo que está ocurriendo en ese Tribunal. Lamentablemente, cualquier situación que se presenta en la Junta, pone a la sociedad en alerta, habida cuenta de los malos recuerdos que tenemos sobre ocurrencias non sanctas en pasados procesos electorales. Esta democracia, maltrecha, con defectos y con todos los vicios que se le puedan endilgar, ha costado mucha sangre y muchos desvelos, Por eso, hay que preservarla por encima de cualquier circunstancia. La Junta Central Electoral, tiene la responsabilidad constitucional de arbitrar las elecciones del año próximo y tiene también el deber ineludible de garantizar un proceso eminentemente transparente, sobre cuya limpieza no quede duda alguna en los dominicanos. La Junta Central Electoral no debe dar cabida a las numerosas especulaciones que se están tejiendo en torno a ella, especulaciones que desdicen sobre la labor que hasta ahora ha realizado y que tienden un manto de duda sobre la imparcialidad política de cada Magistrado. La Junta Central Electoral no debe unirse al coro de los que juegan con nuestra inteligencia; el Pleno debe ponerse de acuerdo, hablar claro y explicar a la ciudadanía que es lo que está ocurriendo. Esa es su obligación. La verdad de lo que ocurre en la Junta debe ser dicha, es una falta de respeto a la ciudadanía tratar de minimizar lo que ocurre, precisamente en el Centro de Cómputos. La Junta debe llegar a un acuerdo con los partidos políticos, un acuerdo con el que estemos todos conformes y que merezca el respaldo ciudadano. Bastante tenemos con la delincuencia, con la violencia contra la mujer. Con los asaltos, con el robo de aviones y con las drogas para que ahora venga la Junta a sumar otro eslabón a la pesada cadena de problemas que arrastramos. Los dominicanos esperamos que el Pleno de la Junta Central Electoral hable a la nación, explique con claridad qué es lo que está ocurriendo y plantee una solución definitiva al conflicto que hay en su Centro de Cómputos. Queremos olvidar el pasado de una Junta escenario de gacetazas, de apagones a la hora de contar los votos, de recusaciones a sus miembros y de bombas que segaron vidas. El Pleno de la Junta debe hablar y hablar claro. Es lo que esperamos y merecemos todos los ciudadanos.

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