Opinión

ORLANDO DICE

La campaña de Hipólito Mejía parece que está a la defensiva

SUELTO.- Luce que al candidato Hipólito Mejía los asesores lo han soltado, le han permitido recuperar su antigua personalidad. Que la horma pudo más que el zapato y que al caballo, no por viejo, tuvieron que darle sabana. Durante un tiempo lo tuvieron embridado porque convenía a fines muy determinados: llegar a segmentos medios y altos de la población, en demasía comparones, y que no congeniaban con el personaje atípico. De ahí los artículos en periódicos, las declaraciones escritas, la comparecencia a foros respetables, los viajes al exterior y el intercambio con figuras importantes de la política, entre ellos sus iguales ex presidentes. A los de abajo con “Llegó Papá” a ritmo de tambor era suficiente. Como cuando José Francisco Peña Gómez se hacía acompañar del llamado Orfeón de Fiquito, cuando éste era un dirigente de base y no el diputado que es ahora. ¿Qué ha pasado en la campaña o en el país para que se produjera ese cambio? La salida al ruedo de Ana María Acevedo podría dar algunas señales. Señales de preocupación. De que el río ya no solo trae agua… LAS FORMAS.- Así como el candidato Mejía es dicharachero y repentista, la experta Acevedo es reservada y poco dada a las palabras. En un partido como el PRD, en que la autoridad se impone en alta voz, ella ha ganado sus espacios con callada eficiencia. Cuando los días fatídicos de la reelección de Mejía, ella abandonó el campo de batalla por motivos de salud y dejó que otros intentaran un engaño imposible. Sus números fueron claros. Con su ausencia puso distancia con la manipulación artera de sus compañeros y no se hizo cómplice de una maniobra que no significó nada ni logró su cometido. Los políticos hacen y deshacen, pero los técnicos deben guardarse las ganas. Cuando la lucha interna entre Miguel Vargas y Mejía, y a pesar de que se le consideraba cercana a Vargas, distribuyó entre amigos de la prensa un estudio comparativo de las encuestas que había hecho para el partido y el promedio favorecía, como finalmente se impuso, a Mejía. Con esos antecedentes es fácil colegir que lo suyo de ahora no es figureo… ELLA.- Que Ana María Acevedo aparezca públicamente dando y explicando los resultados de sus encuestas o de una en particular, no debiera sorprender. Otras firman hacen lo mismo, incluso las que trabajan como ella para el candidato Hipólito Mejía. El Centro Económico del Cibao, por ejemplo. Pero igual Asisa, Gallup, Hamilton, Benenson, Penn and Schoen, etc., etc. Es decir, que dar la cara no es problema. Es más, es todo lo contrario. Dar la cara hace el estudio más fiable y transparente. Lo sintomático, que tampoco es problema, es que una persona que no acostumbra a dar la cara, a ofrecer al público sus mediciones, lo haga en momentos que la parte contraria anda presentando un panorama que no favorece a su bando. Acevedo (Ana María) no solo salió a ofrecer sus números, sino a invalidar o corregir tanto a Benenson como a Asisa, las cuales sorprendentemente colocan a Medina en empate o sobrepasando a su oponente Mejía. ¿Por qué no encargaron a los conocidos voceros la tarea de descalificar esas mediciones y hubo que buscar un refuerzo mejor dotado?... EL GOZO.- La pregunta es buena, pero la respuesta sería mejor. Los responsables de la campaña de Danilo Medina andan gozando con los números de Asisa y Benenson, y no hay dudas de que se les siente un nuevo aire. Tal vez no triunfalista, pero sí un ánimo más decidido, más de pelea, más de resultados. Las reacciones del PRD, o de su campaña o de su candidato, no hacen más que afirmarlo. El retorno del Mejía auténtico que dispara a todo lo que se mueve, sea pato o gallareta, es una manera de recuperar lo que pueda haberse perdido con su ausencia de semanas atrás. Como recordaba en estos días: “Quien se va para villa…”. Conocido ese regreso, se hacen presentes las zancadillas. Como la emboscada de “la muchacha” en el encuentro de Participación Ciudadana. Ahora se producen las explicaciones de Ana María Acevedo, que aunque sean oportunas, e incluso reales, no ocultan el hecho principal: la campaña del candidato Mejía está a la defensiva, después de un tiempo largo de predominio indudable...

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