Opinión

MUCHACHOS CON DON BOSCO

Internet, plataforma de educación

Juan Linares, SDBSanto Domingo

En estos años estamos viviendo una enorme revolución en el mundo, un cambio de paradigma en la sociedad. La brecha digital, la Internet, es una de las más fuertes expresiones del “nuevo mundo” en que estamos viviendo. La Internet es un nuevo fenómeno en la sociedad, que se presenta atractivo, especialmente, a los jóvenes, enriquecedor por las posibilidades de comunicación que nos ofrece a todos, y al mismo tiempo, ambiguo por las alternativas que tiene. Este fenómeno se sitúa ante el educador como un gran reto y se convierte en una enorme plataforma educativa. La Internet que es, fundamentalmente, un instrumento de comunicación que abre unos espacios maravillosos para ser un instrumento de educación y para comunicar la Buena Noticia del Evangelio. Como todo lo nuevo, puede despertar en nosotros reacciones muy diversas. Tanto puede ilusionarnos y dejarnos fascinados, como asustarnos y dejarnos confundidos. Es preciso dominar este campo para situarnos en él, sabiendo estar. La Internet es un lugar privilegiado de formación para la impartición de todo tipo de cursos de capacitación en la formación de educadores. Hemos de favorecer que padres y educadores puedan pisar estos nuevos tipos de aulas en las que se sientan cómodos y entusiasmados para ser protagonistas en las nuevas formas de aprender. Para ello es necesario crear permanentes y organizados cursos online colocados en oportunas plataformas. Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes se adelantan a los adultos en el campo del Internet, pues es algo que ha nacido con ellos, al adulto se le ha añadido después. Es una sagrada obligación el meterse y dominar este campo y el saber utilizarlo para el enorme enriquecimiento que ofrece a nivel personal y para la tutela y el acompañamiento de hijos o educandos. Según el documento “Internet e Iglesia”, “el deber fundamental de los padres consiste en ayudar a sus hijos a llegar a ser usuarios juiciosos y responsables de Internet, y no adictos”. Y en relación a los jóvenes dice: “Internet pone al alcance de los jóvenes, en una edad inusualmente temprana, una inmensa capacidad de hacer el bien o el mal, a sí mismos y a los demás. Puede enriquecer su vida más allá de los sueños de las generaciones anteriores, y capacitarlos para que, a su vez, enriquezcan la vida de los demás. También puede arrastrarlos al consumismo, a la pornografía, a las fantasías violentas y a un aislamiento patológico”. Los padres y educadores hemos de acompañar a los niños y jóvenes en esta emocionante aventura, no podemos dejarles solos y para ello hemos de ser expertos.

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