Opinión

FIGURAS DE ESTE MUNDO

Tagore y ‘Sadhana o vía espiritual’

El poeta indio Rabindranth Tagore, Premio Nobel de Literatura 1913, pregona en su obra “Sadhana” (conjunto de ensayos) las ideas de que el hombre no ha de trabajar por conseguir propiedades y poder, sino por la integridad de su “yo” interno, por su verdadero “yo”, por aquello que lo vincula con la divinidad. Los conceptos de Dios, del amor, de la esperanza, parecen elaborados con un renovado enfoque distinto del que fi gura en las exposiciones antiguas y modernas. El lenguaje, por otro lado, está impregnado de un calor tan benéfi co y una sensualidad tan desapasionada que hasta la persona más simple y menos culta puede comprenderlo fácilmente. En este libro, Tagore no pretende explicar al mundo, sino ayudar en su camino a la gente, y esa disponibilidad para la ayuda confi ere a su texto algo incomparablemente conmovedor. En una de sus páginas encontramos este pasaje sencillo sobre la muerte: “La vida en su conjunto nunca toma la muerte en serio. Ríe, baila y juega, construye casas, amontona tesoros y ama, a pesar de la muerte. Solo cuando contemplamos un caso aislado de muerte, su vacío nos mira fi jamente y somos presas de espanto. Perdemos de vista el conjunto de la vida, del que la muerte solo es una parte… En verdad, la muerte no es la realidad última”. En efecto, las Sagradas Escrituras confi rman la verdad de que la muerte no es el fi n de todo, de que más allá de la vida en la tierra, hay para el creyente en Cristo una vida futura en que tendrá un nuevo cuerpo “no hecho por manos de hombre”, que este “tabernáculo” temporal contiene nuestra alma hasta que viva en las moradas eternas. “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere –dice San Pablo–, tenemos de Dios un edifi cio, una casa no hecha de mano, eterna, en los cielos”.

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