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PASADO Y PRESENTE

16 de Agosto, día de la Restauración

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Juan Daniel BalcácerSanto Domingo

Recientemente el doctor Euclides Gutiérrez Félix ha declarado y escrito que se incurre en “un grave error histórico” al conmemorar cada 16 de agosto la Restauración de la República. Aduce, con razón, que el 16 de agosto de 1863 se produjo el Grito de Capotillo y sostiene que en el aniversario de esa gesta heroica lo que los dominicanos debemos celebrar es solamente el inicio de la guerra restauradora, mientras que el 12 de julio, según su parecer, es el día cuando “fue consumada a plenitud, política, económica y socialmente la Restauración de la RepúblicaÖ” (Ver su artículo, “Aniversario incorrecto”, El Nacional, 23 de agosto de 2010). Discrepo del criterio sustentado por el distinguido historiador y amigo, por lo que me permito exponer mi opinión en torno del cuál es el aniversario correcto de la Restauración de la República. Si bien es cierto que el Grito de Capotillo del 16 de agosto de 1863 dio inicio a la guerra restauradora, no lo es menos la circunstancia de que a partir del 10 de julio de 1865, esto es, un año y nueve meses después, el gobierno restaurador comenzó a asumir plenamente el derecho de posesión jurídica sobre el territorio de la parte española de la isla de Santo Domingo. Se impone, por tanto, formularnos los siguientes interrogantes. ¿Qué celebramos los dominicanos cada 16 de Agosto? ¿La restauración de la República o simplemente el Grito de Capotillo? A mi modo de ver, conmemoramos ambos acontecimientos a la vez. Sin embargo, en vista de que el argumento esencial del doctor Gutiérrez Félix podría parecer una cuestión meramente semántica, que no lo es, conviene escudriñar en el pasado en aras de procurar una explicación objetiva sobre el por qué el 16 de Agosto, mediante una suerte de sinécdoque histórica (si se me permite este término), se ha convertido desde hace 147 años en una efemérides equiparable a la propia Restauración de la República. La trascendencia histórica del día en que aquella legión integrada por 14 patriotas cruzó la frontera dominico-haitiana y plantó en el cerro del Capotillo dominicano el inmortal pabellón de la cruz de los trinitarios, resultó de una insospechada repercusión para el patriotismo dominicano hasta el punto de que los propios próceres de la gesta restauradora aceptaron el 16 de Agosto como el día más emblemático para representar todo cuanto significó el proceso político, social, bélico y económico de la Restauración de la República. A continuación ofrezco algunos ejemplos, sustentados en fuentes de irrecusable veracidad, que avalan mi aseveración: 1.- En la página 470 del tomo tercero del “Compendio de la historia de Santo Domingo”, de José Gabriel García (Santo Domingo, R.D., Imprenta García Hermanos, 1900), se lee que al retirarse las tropas españolas de Santiago en el mes de septiembre de 1863, luego de la batalla que culminó con el incendio de dicha ciudad, “se dejó sentir la necesidad de dar forma legal al movimiento iniciado en Capotillo el 16 de agosto, y con ese motivo se reunieron en asamblea el día 14 de setiembre las personas más connotadas de las presentes en la localidad, para resolver junto a la redacción del acta de independencia, en que quedó declarada oficialmente, ante Dios, el mundo y el trono de España, la restauración de la República destruida el 18 de marzo de 1861Ö” De la cita que antecede se colige que a raíz del Grito de Capotillo y después de establecido el Gobierno Provisional, la República Dominicana se consideraba ya restaurada, aun cuando los restauradores no tenían posesión de todo el territorio nacional. Así consta en la casi totalidad de las resoluciones y disposiciones oficiales emanadas del Gobierno provisional en armas, cuyo encabezamiento rezaba: “Dios, Patria y Libertad. República Dominicana. Gobierno Provisional”. Todas esas providencias y disposiciones del gobierno restaurador forman parte de la Colección de Leyes, Decretos y Resoluciones de la República, y aparecen reunidas en el libro de Emilio Rodríguez Demorizi titulado “Actos y doctrina del Gobierno de la Restauración” (Editora del Caribe, C. por A., Santo Domingo, 1963). 2.- Algunos meses después de iniciada la Segunda República, específicamente el 14 de noviembre de 1865, fue aprobada una nueva reforma constitucional para sustituir la Constitución de Moca que había sido puesta en vigor a principios de ese año hasta tanto sesionara una nueva Constituyente. Pues bien, en el artículo 132 de ese Pacto Fundamental, promulgado el 6 de diciembre bajo el tercer mandato de Buenaventura Báez, se consignó lo siguiente: “Se celebrarán anualmente con la mayor solemnidad en toda la República los días 27 de Febrero, aniversario de la Independencia, y el 16 de Agosto, aniversario de la Restauración, únicas fiestas nacionales” (Cf. Manuel Arturo Peña Batlle, Constitución Político y Reformas Constitucionales, 1844-1942, tomo I, Colección Trujillo, Centenario de la República, 1844-1944, Vol I). Entre los firmantes de esa nueva reforma constitucional figuraron varios restauradores que también suscribieron el Acta de Independencia del 14 de septiembre de 1863, como el restaurador Julián Belisario Curiel, presidente de la Asamblea. Firmaron, además, la nueva Constitución, Carlos Nouel, Calixto María Pina y los trinitarios Pedro Alejandrino Pina y Jacinto de la Concha. Es importante subrayar que ninguno de los próceres restauradores que vivían (como Gregorio Luperón, Ulises F. Espaillat, Benigno F. de Rojas, Gaspar Polanco, Pedro A. Pimentel, Pedro F. Bonó, Alfredo Deetjen, Benito Monción y otros no menos preclaros patriotas) objetó, ni entonces ni después, que al 16 de Agosto se le confiriera el carácter de fecha simbólica para conmemorar la Restauración de la República. 3.- El poeta y prócer restaurador Manuel Rodríguez Objío, quien fuera secretario particular del general Gregorio Luperón, hacia 1870 terminó de escribir una biografía titulada “Gregorio Luperón e historia de la Restauración”. Al explicar por qué había escogido la figura de Luperón como objeto de su estudio, en el prólogo del citado libro Rodríguez Objío expresó que “Ö el soldado cuya carrera militar y política vamos a relatar es, si no la mejor, por lo menos la más completa representación de la grande obra del diez y seis de Agosto de 1863Ö” (Ver Op. Cit., tomo I, pág. 13, Editorial El Diario, Santiago, 1939). Más adelante, en el mismo texto, el poeta restaurador, quien también fungió como secretario de Juan Pablo Duarte, nos revela que los líderes del movimiento restaurador se referían al 16 de Agosto como a la propia Restauración de la República, toda vez que “a pesar de haber sido iniciada la Revolución Restauradora en los primeros días de Agosto, todos los caudillos se avinieron en designar como fecha histórica el 16 del mismo mes, en que fue ocupado GuayubínÖ” (Ibídem., tomo I, pág. 57). 4.- Varios años después, esto es, hacia 1866, Rodríguez Objío, pese a su juventud, emprendió el proyecto de escribir sus memorias, que terminó en Turk Island y tituló “Relaciones”. Para ese año, el poeta era huésped del general Gregorio Luperón, quien desde esa isla urdía nuevas conspiraciones para derrocar al gobierno de Buenaventura Báez, planes a los que naturalmente se unió Rodríguez Objío, quien en su “Relaciones” narra parte de sus vivencias en la etapa final de la guerra restauradora. Refiere que estando en San Juan, junto al general José María Cabral, camino a la ciudad de Santo Domingo, pudo comprobar cómo baecistas y santanistas se batían en pugnas intra grupales por el poder político. Ante ese panorama, el poeta sentenció lo siguiente: “Los mismos elementos destructores que mataron la República del 27 de Febrero tendían ya su garra sobre la República del 16 de Agosto”. (Ver, “Relaciones”, Archivo General de la Nación, Ciudad Trujillo, 1951, pág. 144.) 5.- En el año de 1963 la nación dominicana conmemoró el centenario de la Restauración; y con ocasión de tan significativa efemérides, el Congreso Nacional, mediante la Ley No. 3, considerando que “el acontecimiento histórico de la Restauración fue, además de una epopeya libertadora, el agente que reafirmó de manera definitiva nuestra nacionalidad”, dispuso en el Art. 1: “Se declara el presente año de 1963, AóO CENTENARIO DE LA RESTAURACI”N NACIONAL.” De conformidad con la citada ley, el presidente de la República, profesor Juan Bosch, emitió el Decreto No. 95, del 29 de marzo de 1963, mediante el cual tras considerar que “el próximo 16 de agosto del presente año se cumplirá el Primer Centenario de la Restauración de la República, y que esta fecha gloriosa en que el pueblo dominicano ratificó su voluntad inquebrantable de ser libre e independiente, deberá conmemorarse solemnementeÖ” procedió a crear la Comisión Nacional para la celebración del Centenario de la Restauración que llevó a cabo en la ciudad de Santiago y en todo el país diversas actividades con motivo de tan magna efemérides. Desde una perspectiva histórica objetiva, el 16 de Agosto de 1863 tuvo lugar uno de los episodios políticos más trascendentes y significativos para el patriotismo nacional dentro de los diversos sucesos igualmente importantes que se suscitaron en el transcurso de la guerra restauradora. Así lo reconocieron no pocos de los próceres civiles y militares de esa gloriosa epopeya y por tal motivo es que en la tradición constitucional dominicana el 16 de Agosto ha sido equiparado con el hecho mismo de la Restauración de la República. No en vano el maestro Eugenio María de Hostos consideró que entre las grandes fechas históricas nacionales “el 16 de agosto no es el segundo, sino el primer día de los de la patria dominicana. Militar, política, socialmente, el 16 de agosto corresponde en la vida de esta nación a esfuerzos materiales, a propósito nacional y a evolución social que no requirió el 27 de febrero.” (Consultar, “Hostos en Santo Domingo, de Emilio Rodríguez Demorizi, tomo I, pág. 39, Ciudad Trujillo, 1939). Antes de concluir conviene precisar que no fue el 12 de julio de 1865 cuando las tropas españolas abandonaron el territorio nacional. El historiador José Gabriel García consigna que fue el 11 de julio cuando embarcaron las autoridades españolas desde la ciudad de Santo Domingo (Ver Op. Cit., p. 547), y que todavía el día 20 de julio se efectuaba un canje de prisioneros en Puerto Plata. Así lo confirma Ramón González Tabla, en su “Historia de la dominación y última guerra de España en Santo Domingo”, pág. 383, cuando escribe: “Por fin, el 11 de julio se evacuó la capital, embarcándose la guarnición, parques y material en la escuadra que se fue a reunir en CalderaÖ” Por su parte, el general José de La Gándara, en su “Anexión y guerra de Santo Domingo”, tomo II, pág. 612, consignó que “al amanecer del día 10 empezó el movimiento de retirada por el cantón de San Carlos, que fue desalojado sin novedadÖ” Y agrega que “al amanecer del día 11 continuó la operación, que se llevó a cabo en el orden más perfecto y en medio de una completa tranquilidadÖ” Fundamentándose en esas fuentes, Frank Moya Pons ha escrito, en su “Manual de historia dominicana”, pág. 358, que el desembarco de las tropas españolas se inició el día 10 de julio pero que la desocupación total tardó unos quince días. Como puede comprobar el lector, fue recién terminada la guerra restauradora cuando se comenzó a identificar el 16 de agosto como día que simboliza y representa la Restauración de la República. Así fue consagrado en la Carta Sustantiva de la nación desde 1865 hasta la más reciente reforma promulgada el 26 de enero del año en curso, cuyo artículo 35 consigna que “Los días 27 de Febrero y 16 de Agosto, aniversarios de la Independencia y la Restauración de la República, respectivamente, se declaran de fiesta nacional.” Más aún: en la página 159 de la actual Constitución dominicana se lee lo siguiente: “DADA Y PROCLAMADA en la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, capital de la República Dominicana, en el Palacio del Congreso Nacional, sito en el Centro de los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, hoy día veintiséis (26) del mes de enero del año dos mil diez (2010); años 166 de la Independencia y 147 de la Restauración”. Concluyo, pues, en que el 16 de Agosto de cada año, y no el 12 de julio, es el día en que el pueblo dominicano conmemora la Restauración de la República.

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