Opinión

¿Por qué el encanto con Sobeida y no con Yocasta...?

El nombreJunto al capo de barrio apodado El Gringo, apresaron y sometieron a la justicia a una joven que le acompañaba y cuyo nombre nadie recuerda a pesar de tener mayor sonoridad e historia que el de Sobeida: Yocasta Esmeralda. Yocasta, como la trágica madre de Edipo, de quien también fue esposa sin saberlo, y Esmeralda, una piedra preciosa que por su valor y demanda fue la mercancía preferida de los contrabandistas colombianos en épocas lejanas del siglo pasado. La detención de la pareja fue casual, pues andaba paseando lo más quitada de bulla con más de cuatro millones de pesos en el vehículo y en una zona que era segura por la fama de quien oficialmente se llama Manuel Emilio Mesa Beltré. Incluso, la detuvo un policía de tránsito que resultó más curioso que los propios agentes de la DNCD. El pasado martes hubo una audiencia para conocer la posible variación de la medida de coerción dictada en su contra, recurso que le fue denegado. Aunque extraña que en tiempo de sensacionalismos, pocos medios se enteraran, no se crearan expectativas y como noticia no apareciera ni en páginas interiores de periódicos importantes...Origen¿Por qué el encanto y el furor con Sobeida y no con Yocasta Esmeralda, si al final vienen a ser lo mismo: compañeras de capo? Incluso, esa diferencia en el trato luce discriminatorio y clasista, pues no es igual el barrio de la parte alta que el polígono central. La fama de Sobeida aparenta fortuita o creación mediática, y no lo es. Fue hechura de la circunstancia, pero sobre todo decisión de las autoridades. Se llegó a ella, sin saberlo ni esperarlo, y después de una persecución de película y de un hallazgo que todavía resulta sospechoso de 4,6 millones de dólares. No deben olvidarse dos episodios. El primero, que ella denunció que era cuatro y no tres los bultos con el dinero; y segundo, que responsabilizó de su integridad a un coronel Familia. Además, como José Figueroa Agosto (o como se llamara entonces) andaba huyendo, quisieron cargar a Sobeida todo el expediente. Cuando la mafia era italiana, y después norteamericana, se respetaban unos códigos. Por ejemplo, las autoridades ni las bandas tocaban a las mujeres ni a los niños... El planoEl perseguido José Figueroa Agosto (o como se llamara entonces) pasó a un segundo plano y Sobeida Félix Morel se mantuvo como principal centro de atención. Incluso, se le calificó de fugitiva antes de tiempo, y cuando desapareció, la primera recompensa fue por ella. Después se arregló la carga y se incluyó a los dos, pero siempre teniéndola en rango superior. ¿Cómo podía ofrecerse la misma cantidad de dinero si el capo era él, que traficaba y lavaba, en tanto ella disfrutaba de las ganancias? Las fotos mismas del cartel de Buscados. Mientras la de Figueroa Agosto era de carnet, la suya resaltaba su innegable atractivo de mujer. La propia cartera Vuitton. No podía aparecerse con piezas que no fueran de afamados diseñadores después de que fueran ubicados en tiendas de lujo en Puerto Rico. Si allá corrían riesgos para hacer sus compras, lo lógico era que mostraran sus atuendos. Además, esa marca estaba en el imaginario de la clase media-media y media alta, pues acababa de abrirse en el país un centro con sus productos. Como canta Joan Manuel Serrat, “es caprichoso el azar”... EllaLos sociólogos, siquiatras y sicólogos que han visto desbordada sus ciencias con la expectación pública que provoca Sobeida, tienen que preguntarse por qué ella y no las demás, incluyendo a ese producto del barrio pobre de Yocasta Esmeralda Campusano. En Colombia, cuando los capos caen, Las Fantásticas desaparecen, o cambian de patrocinador, pero nadie las persigue ni las hace víctimas. Las Champañeras eran varias, y sin embargo, las expectativas se originan alrededor de una sola. Y después no quieren que ría. Generalmente se crea un Frankenstein con las consabidas escenas de terror. Aquí, las autoridades, una Mami, y la reacción tiene que ser risueña...

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