REFLEXIÓN DEL ALMA
Agresividad policial
Mientras República Dominicana lucha tenazmente por su superación, los desmanes de la delincuencia dañan la determinación ciudadana de proyectarse libremente por los senderos del desarrollo. La libertad está soldada a la democracia, ha sido arduo el camino recorrido para que nuestro país la adoptara como sistema imperante nacional. Es muy triste que después de haber sufrido el estupor de la férrea dictadura de Trujillo, hoy tengamos que aceptar que nuestra democracia se está convirtiendo lentamente en una utopía. ¡Qué dolorosa realidad tener que admitir que en este país hay que renunciar a caminar por las noches en las calles oscuras por la delincuencia y porque la Policía Nacional, supuesta defensora de la ciudanía, se ha dado a la tarea de efectuar operativos nocturnos ordenando a los dominicanos detenerse o... ¡son asesinados! El general Nelson Rosario exhortó a la ciudadanía a obedecer a los agentes cuando en operativos ordenan detenerse, “para evitar algunos inconvenientes que se han presentado sin necesitad”. ¿Cómo es posible que los “inconvenientes” de los que habla el general Rosario, “que se han presentado sin necesidad”, se traten de la vida humana y que estén directamente relacionados con la muerte de dominicanos inocentes? La nación dominicana se llena de estrenos abusivos contra la ciudadanía; cada día que pasa todo se hace más difícil. Aquí hay que cambiar demasiadas disfuncionalidades. Esas normativas policiales son completamente inadecuadas e inadmisibles en un país donde la delincuencia te hace detener día y noche a mano armada, razones válidas para adoptar las normas ciudadanas establecidas para salvar la vida al “no detenerse”, de “no bajar las ventanillas de sus vehículos” que es lo que hacemos todos los dominicanos ante la creciente delincuencia y el apabullante narcotráfico, con sus abominables sicarios que no respetan la vida humana y que hoy copian algunos malos elementos de las fuerzas policiales. La Policía Nacional debe combatir la delincuencia y el narcotráfico, no la libertad ciudadana, el libre tránsito lo defiende nuestra Constitución. El Jefe de la Policía debe involucrarse en esas medidas arbitrarias e impopulares para cambiarlas. En esos absurdos operativos policiales no existen delincuentes, sólo encuentran a ciudadanos decentes que consiguen la muerte de manos de los famosos defensores del orden público. ¿Dios mío, a dónde vamos a llegar? ¿Por qué tienen que hacer operativos en zonas oscuras limitando antojadizamente la libertad de transporte ciudadano, so pena de morirse si no se detienen? ¡Es como si viviéramos en toque de queda! ¿Es que estamos regresando a la dictadura, a las muertes por manos policiales? Al Jefe de la Policía, mayor general Guzmán Fermín, por favor escuche: Si usted tuviera un hijo de 22 años transitando de noche en un vehículo sin placa oficial, y le piden detenerse, no lo hará, su hijo estaría temeroso de ser asaltado por sicarios; ahora lo podría matar la Policía, como mataron al joven y al anciano. Cambie esas normativas que el momento es muy difícil para añadirle fuego a la hoguera existente. Los dominicanos no se van a detener de noche por la delincuencia; la policía está exigiendo lo imposible, arriesgarse a ser violados en la oscuridad, ser agredidos, masacrados, sumado a terminar con un tiro en la nuca por la Policia Nacional, en lugar de tirarle a las cuatro gomas. Hay que reeducar a la Policía, los principios morales implican la preservación de la vida; es vergonzoso que sea imperativo detenerse para seguir viviendo, siendo ciudadanos inocentes. La humanización policial es impostergable, esperamos que el jefe de la Policía escuche estas realidades que optan por la paz dominicana.