MI POSICIÓN
Un adiós inesperado
La vida de todo ser humano es impredecible y a veces caprichosa, pero siempre pende de un hilo y de la voluntad del Dios padre. Consecuentemente es frágil y fugaz, y la mayoría de las veces, olvidamos que somos mortales. Entre más vivimos más nos aferramos a la vida y a la de nuestros seres queridos, por lo que resulta doloroso cuando esta se nos arrebata bajo el impredecible sentir, de un adiós inesperado. El pasado lunes 5 de julio, en horas de la tarde, recibimos la inusitada e inesperada noticia de la muerte en la ciudad de Miami del senador recién electo del partido de la liberación dominicana PLD por la provincia El Seibo el entrañable padre del amigo Ricardo Jacobo don Manuel Jacobo Reyes a quien cariñosamente sus seguidores, amigos y compañeros de partido le llamaban papa Lincoln. Con esta partida repentina ante el llamado que Dios le hiciera a don Manuel Jacobo desde la sala del hospital en donde se encontraba interno para que fuera uno de sus preferidos senadores quienes junto a su hijo Jesús han sido electos para dirigir el congreso del cielo. Su decisión no se hizo esperar ya que no la pensó dos veces y se marcho en lo inmediato en busca de su certificado divino que solo los hombres como el capaz de darlo todo por el otro a cambio de nada lo reciben de la propia mano de Dios. Se marchó dejándonos un adiós inesperado a todos los que le conocimos en especial a su innegable y adorado hijo y amigo, compañero inseparable de campaña a quien el le entrego sus alas para que nunca dejara de volar. Al afable y siempre amigo de los amigos Ricardo Jacobo, amén de su esposa y su familia En su última morada en el día de ayer el llanto y las lágrimas se hicieron sentir por ser este un adiós inesperado de don Manuel Jacobo Reyes. La cesación definitiva de la vida nunca la vamos admitir, pero la resignación si, como una conformación ante la muerte. Paz a sus restos.