El “feeling” de Julito

El amor encontró refugio en la voz acariciante de Julito Deschamps. La realización amorosa se sentía al bailar un bolero con la complicidad interpretativa de Julito. Las manos se motivaban a apretar la pareja por la descripción sentida de un romántico apasionado. “Cómo duele una traición”, en su voz, más que una traición era un bálsamo de conformidad y resignación. Julito caminó el mundo del cabaret en la parte alta de la ciudad. El Yumuri, recreo del turismo; el Taíno y el Carioca, lo acogieron en sus inicios, para luego comenzar a trillar una bohemia que conquistó muchos corazones. A mí me tocó en el Bim Blam y La Barrica, de la avenida 27 de Febrero. Su gorgeo mantenido y brillante, salpicado por gotas de alcohol, incitaba a la sensualidad. Su “feeling”, en su más alta expresión, nos embriagó de fantasías amorosas y valor para declarar amor. Al cantar dialogaba en la mente atrevida del deseo. Temas para amantes como: Quinto patio y Bonita, Tres palabras, Inolvidable, Miénteme, Pesar, Que te vaya bien, Qué me importa, Pecadora, Evocación y ¿Por qué? Son muestras de su gran repertorio romántico. Otros temas de interpretación inolvidable fueron: Amor perdido, No Vale la pena, Olvídame, La gloria eres tú, Tú mi delirio, Cómo fue, Cosas del alma... Son otros éxitos de clásicos del “feeling”. A Julito no lo tuvimos en la pantalla chica, el maestro Torres Tejeda siempre lo quiso lanzar al medio televisivo por el gran tiempo que pasó en los ambientes de “boites”. En las noches de amor, con su piano y su voz, queda el recuerdo del hombre trabajador, servicial, de mirada triste, ido a destiempo (55 años), cuya obra artística espera del reconocimiento justo de todos los que vivimos y recordamos los mejores momentos de intimidad. Julito Deschamps, 1930-1985, “Rey del feeling”, una gloria del arte nacional.