SONDEO
Es equilibrio, no un peligro
Contrario a que lo vendan como un peligro y proclive al “ruido”, Guido Gómez Mazara significaría como secretario general el equilibrio institucional que el PRD y el propio ingeniero Miguel Vargas necesitan en la actual coyuntura política. Los que en la organización han querido llevar la idea de que un triunfo de Guido sería una derrota para Miguel, estarían aportando material sólo para los incautos, pues está bien claro que lo que ahora está en juego no es el liderazgo ni la candidatura del jefe del PRD, al que con sus aspiraciones a Secretario el joven abogado no le está quitando ni confrontando nada. Y es que no se trata de un pleito ni de una medición de fuerza entre Gómez Mazara y Miguel Vargas, como algunos sugieren como recurso desesperado con miras a invertir la simpatía de la base partidaria y reflejan las muestras de preferencia. Ignoran los que han orquestado la campaña para que Guido no sea el secretario del partido blanco, que le han hecho un gran favor, porque al victimizarlo, como dijimos en la entrega anterior, le han ofrecido una promoción gratuita y lo han redimensionado a un grado tal, al quererlo situar al extremo de Miguel, que al día de hoy aparece como la segunda figura del PRD. ¿Acaso no se dan cuenta ni se dan por enterados los contrarios de Gómez Mazara en el PRD, algunos de los cuales (y desde antes de que “cuaje” el proyecto presidencial de Miguel y sea realidad lo de que el PRD vuelva al poder), desde ya tienen sus aspiraciones y trabajan en sus agendas particulares con miras al 2016?. Cuando se plantea que en vez de un peligro, Guido significaría un equilibrio en una jefatura partidaria de Vargas, es porque ñ en una combinación donde no se descuide el rol que como partido de oposición y garante de la gobernabilidad le asiste al PRD ñ una de las partes de la dirección podría asumir el papel crítico y contestatario, mientras la otra se encargaría de la estrategia de concertación y manejo de la diplomacia de la organización. Y si Miguel llega al poder, con mayor razón que en el PRD no haya un “sí, señor”, sino alguien que le preserve y sobreponga a la eventualidad de un error grave o de un mal gobierno.