El PRD sin los grupos sería muy aburrido

La caridad Contrario a lo que piensan los seguidores de Miguel Vargas, les aprovecha a ellos y al PRD que haya grupos disidentes y de resistencia interna como los que encabezan Hipólito Mejía y Luis Abinader. Mucho más si son pequeños y no pueden trastornar la vida institucional del partido, ni poner en peligro las posibilidades de su candidatura y de poder en el 2012. Si se aceptan las informaciones de las encuestas, las facciones de Mejía y Abinader “no son vientos que tumban cocos”. El PRD es un partido democrático, y como dice el refrán, “la caridad entra por casa”. Si los núcleos de Mejía y Abinader fueran anulados, no hay dudas de que desaparecían los actuales ruidos, pero el partido blanco sería aburrido, y no llamaría la atención, y mucho menos atraería a los sectores y las masas que les son necesarios para llevar a cabo sus propósitos, entre los cuales está llegar al gobierno. La intransigencia con su línea política, es correcta. No puede cambiarse ni alterarse lo que está dando resultados. La intolerancia no. Cada miembro o grupo tiene derecho a una opinión o a las acciones que considere oportunas para preservarse... El amparoLos recursos interpuestos ante la Junta Central Electoral por los seguidores de Hipólito Mejía son necedades (o como podría decirse en su lenguaje: ganas de joder), pero la ley les asegura esa garantía, y es justo que hagan uso de ella. ¿Para qué entonces crear los amparos si es pecado o delito recurrir a ellos? Lo que hay que hacer es lo que se hizo: ocupar abogados de postular a favor de la causa, que es lo mismo que hacen sus contrarios. Entre abogados queda la cosa. Al tribunal, pues, le corresponde hacer el trabajo. Como siempre, hay que advertir, señalar y presionar a los jueces, que nunca son decididos o tienen miedo de sus propias consecuencias. La Cámara Contenciosa, por ejemplo, debió haber resuelto el problema. La excusa que se publica es muy pobre, de que falta un titular, y por igual su suplente, y lo que debió conocerse hoy jueves, lo será el próximo lunes. Ellos son jueces, y eso se les acepta, y no tienen porque someterse a las urgencias de los políticos. Sin embargo, deben cuidar de que no se les vea el refajo, pues desde fuera se hacen evidentes sus tácticas dilatorias... ImpartirLa Junta Central Electoral, al igual que la Suprema Corte de Justicia, debe fallar los asuntos que se sometan a su jurisdicción. Aun cuando reconozcan que son más políticos que jurídicos. Pueden barajar, y de hecho barajan, dando tiempo a que lleguen a acuerdos al margen de los recursos, que es una forma de ponerse ropa ajena. En este caso, de políticos. La costumbre hace ley se dice en la calle, pero la expresión no puede aplicarse a ambos órganos. Más tarde o más temprano decidirán. ¿Por qué no hacerlo temprano, de manera que sirvan una solución? Ese ánimo de duda no hace más que despertar sospechas, y en este caso del diferendo sobre la asamblea realizada por el PRD, las suspicacias son mayores. Vargas tiene posibilidades crecientes de llegar al poder, pero Mejía es un político de arranque y nadie quisiera ser víctima de su ira. Los magistrados de la Cámara Contenciosa se sienten atrapados. Incluso, que no decidan en ausencia de uno de sus integrantes, es un mal síntoma: no quieren que ese colega haga una de las suyas, y cree las condiciones para un escándalo, que no sería electoral, sino político... La espadaLa gestión de Vargas ha seguido adelante como si todo estuviera bien. Sin embargo, el fallo pendiente de la Cámara Contenciosa es una espada colocada sobre la cabeza de sus decisiones, que fueron tomadas creyendo que Mejía y sus parciales estaban durmiendo, y estaban más despiertos que el día. La jugada pudo haberle salido bien, pero no lo fue. La apelación crea un suspenso que, sea cual que fuere el resultado, no hará más que retrasar el proceso. Lo cual no sería una cosa del otro mundo, pues en el PRD los plazos nunca se cumplen. La Contenciosa tiene la palabra...