Un apagón general reincidente

Suspicacia La sola sospecha de que el apagón general del pasado miércoles fue intencional, hace pensar que las dificultades en el sector eléctrico son más graves de lo que se pensaba. Y la sospecha no es aérea, pues se cree lo mismo del “blackout” de julio, que tuvo iguales características y sucedió a consecuencia de las salidas de las plantas de ahora. Se estaría ante un fenómeno de reincidencia. El asunto se torna más preocupante cuando se recuerda que en julio la gerencia estaba en manos de Radhamés Segura y ahora de Celso Marranzini. Lo prima facie de que fue un sabotaje contra Marranzini se cae por su propio peso, pues lo mismo se habría intentado contra Segura. Incluso, estando fuera del país, cuando acompañaba al presidente Leonel Fernández por Israel. El problema, por tanto, no sería el incumbente, sino la propia CDEEE. La empresa de por sí no tiene control, y todas las maldades son posibles. ¿Qué va a pasar ahora? ¿Se aceptarán las explicaciones o excusas al uso, o se tomarán en cuenta las advertencias pasadas y se procederá de acuerdo a lo estipulado? Un poco de arbitrariedad no haría daño, pues está visto que la ley no es suficiente… Libre Dicen que Celso Marranzini habría condicionado la aceptación de la gerencia de la CDEEE a que se le permitiera escoger a su consejo directivo, como una forma de tener autonomía y decisión propias. Su designación, por tanto, fue un todo incluido. Su Consejo no será el mejor, pero responde a su criterio, y no se cree posible que haya contestación, aun cuando se duda de la integridad o inteligencia de algunos de sus miembros. De todo se oye, y es natural. Ahora, entre sus propósitos anunciados está la despolitización de la empresa, que desde fuera se interpreta sacar todo lo que huela a su antecesor Radhamés Segura, que había convertido esa entidad en un reducto político. No bien adelanta su tarea cuando se producen las reacciones y las protestas de los perjudicados, que buscan de padrino al Comité Político del PLD. Es decir, que un problema de gerencia podría convertirse en un problema político, o menos, de partido. ¿Puede el CP meter sus narices o sus manos y presionar a Marranzini en la CDEEE para que aguante el brazo y reduzca al mínimo las cancelaciones?... Repercusión Fuera bueno que este asunto llegara a ese organismo y pudiera verse cómo reaccionaban sus integrantes, pues en el Comité Político hay de todo, desde peledeístas de la nueva escuela hasta de la vieja. Incluyendo los sangruses, que consideran su condición como categoría aparte. Las cancelaciones apenas deben estar comenzando, pues Celso Marranzini desde fuera cuantificó sus empleados en cuatro mil y dictaminó que sólo necesitaba de cuatrocientos. Mandar para sus casas a tres mil seiscientos no es paja de coco, ni podría ocurrir sin que las altas instancias del partido se alarmen ante los gritos desesperados de las bases, que como la de todos los partidos, son parasitarias. Si ante un apagón general se sospecha sabotaje ¿qué pensar de la limpieza política de la CDEEE, que podría crear un malestar que repercutiera en la próxima jornada electoral? Como dice el refrán, “ni tan cerca que queme, ni tan lejos que no alumbre ”. ¿Podría Marranzini, venido del seno de los empresarios y de la sociedad civil, entender los requerimientos de la política o de los partidos?... La vida Estas disquisiciones no huelgan, puesto que los peledeístas ya las han hecho respecto a los aliados, que se despachan con libertad en las dependencias a su cargo, sin tomar en cuenta a la hora de los empleos a sus prohijadores. Cada cual nombra a los suyos, y los peledeístas no consiguen nada. Incluso, a veces se les desprecia. Entonces, ceder la gerencia de una empresa tan difícil como la CDEEE, pasa. Ahora, que el incumbente la cargue contra los peledeístas, y no entienda más razones que las técnicas, sin darse cuenta de que al poder se llegó por los políticos, desborda todo el marco natural. Lo de la CDEEE, vista desde esa óptica, será una experiencia interesante: pueden dar la bolsa, pero no la vida…