LÍNEAS DE GUERRA
La ¿maldita? reelección
¿Es la repostulación presidencial responsable de que, después de 48 años de “democracia”, haya casi dos millones de analfabetos? ¿Es a causa de la reelección nuestra alta tasa de mortalidad infantil? ¿Es la posibilidad de ejercer el gobierno por varios periodos consecutivos lo que recrudece la desigualdad, a tal punto que hayan dominicanas pobres tan pobres como en África y dominicanos ricos tan ricos como en Suiza? Nuestros añosos males son a causa de la cultura de corrupción que ha dominado la administración pública y el ejercicio partidario, con la excepción de Bosch, Peña y Caamaño; no la reelección presidencial. En todo caso, es un tema circunstancial pero no estructural. Los graves males nacionales solo podrán ser curados a través de soluciones radicales, profundas y creativas. Comenzar por lo primero: la refundación de la República. Desmontar el Estado Tetera, a través de una Asamblea Constituyente electa por voto popular y presentación de candidaturas uninominales, que nos permita construir una democracia revolucionaria, participativa y protagónica. El otro gran paso es la transformación de nuestro modelo impositivo: convertir nuestra estructura tributaria de indirecta a directa, comenzando por el desmonte gradual del ITBIS y una composición escalonada del Impuesto Sobre la Renta que vaya desde el 30% al 50% a partir de quienes ganen sobre el millón y medio de pesos de pesos anualmente. Transformar la cartera de préstamos de los bancos comerciales, para que el 7% sea dedicado a micro créditos y el 50% vaya dirigidos a créditos para la producción y no para el consumo como es actualmente. Personalmente soy partidario de un modelo que lleve el periodo presidencial a siete años, con posibilidad de repostulación continuada, y el derecho de la ciudadanía a convocar un referéndum revocatorio del mandato presidencial. Un sistema democrático no limita el derecho de elegir de su ciudadanía.