Juan Ruiz de Alarcón

El primer americano o criollo en ganarse un puesto en la literatura de España fue Juan Ruiz de Alarcón. Allí escribió sus singulares comedias, ampliamente conocidas en todo el mundo. Sin embargo, los colegas de su tiempo no reconocieron sus méritos literarios porque él padecía un defecto físico. Nacido en México, Alarcón se trasladó a la madre patria en 1614, a fin de trabajar en el campo del derecho y de las letras. Pero su aspecto corporal y el haber nacido en América fueron siempre una desventaja en tierras españolas. Era jorobado, muy bajo, feo y además sobresalía su barba roja. Las bromas sobre sus deformidades físicas lo zaherían y le hacían adoptar un comportamiento huraño. Durante doce años, nunca fue propuesto para un cargo judicial, por insignificante que fuera. Los Consejos Reales rehusaban hacerlo debido, según decían, “a la deformidad física que padece, y que es muy grande”. Alarcón fue maltratado incluso por los literatos importantes de su época. Fue ridiculizado, objeto de una cruda sátira y de ataques, dirigidos en especial contra sus desdichadas imperfecciones y la elegancia americana de sus modales. Ningún escritor contemporáneo suyo le reconoció su inmenso valor de escritor ni su experiencia judicial adquirida en tierras americanas. Pero la verdad es que Alarcón innovó el teatro hispanoamericano. Sus comedias constituyen “una cartilla de filosofía práctica”, que contiene todos los elementos necesarios para orientar la vida y lograr el afecto y la admiración del prójimo. Entre sus originales obras están “Las paredes oyen”, “Ganar amigos”,“El examen de maridos” y “La verdad sospechosa”, su obra maestra inmortal sobre el vicio de mentir. Jesucristo enseñó que no debemos juzgar a nadie por su aspecto externo, sino por su valor y por los dones y la gracia del Espíritu de Dios en él. “No juzguéis según las apariencias- dijo-, sino juzgad con justo juicio”.