PANCARTA
Pin pún: los gobiernos del PLD, del PRD y del PRSC
A diario se escuchan a voces del PRD decir que ningún peledeísta tiene calidad moral para hablar mal de los gobiernos perredeístas. Con frecuencia se oye a los morados descalificar a los blancos. Lo mismo hacen los que quedan en el PRSC con los blancos y los morados. Se dice que los tránsfugas reformistas sólo creen en la “una más una”: las dos manos en el Palacio. Y no es aplaudiendo. El cómico recurso recrea un estribillo musical: “Dongo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé; Bernabé le pegó a Muchilanga, porque a Muchilanga le pican los pies”. “Pin pún” es una vieja expresión sinónimo de similitud, igualdad o corte con la misma tijera. Parece que la tijera era de Joaquín Balaguer y la utilizó interesado en que los gobiernos del PRD y del PLD siguieran al PRSC en materia de corrupción. La estrategia fue un éxito. Los discípulos de Balaguer resultaron brillantes en la estructuración de gobiernos corruptos. Así desarmó a las bases del PRD y el PLD para que no pudieran identificarlo (a Balaguer) como promotor de la corrupción en sus mandatos. Lo peor es que el Senado de la República, cuando lo dominó el PRD, declaró a Joaquín Balaguer, el mismo de los represivos y sangrientos 12 años, como “Padre de la Democracia Dominicana”. En igual línea, Leonel Fernández proclamó a Balaguer como su ídolo mientras trata de exculparlo de sus graves deudas con la historia y el pueblo por el citado saldo sangriento de sus gobiernos y por el proceso de degradación moral de la sociedad dominicana que impulsó desde 1966. Por eso es comentario callejero que los discípulos (PRD-PLD) sobrepasaron su escuela (gobiernos de Balaguer) en los volúmenes y la diversidad de canales de corrupción. Es imposible demostrar diferencias sustanciales en la naturaleza corrupta de los gobiernos de los tres partidos. Ya en 1962, el más regio y coherente líder político de la historia contemporánea dominicana, Manolo Tavárez Justo, tuvo el acierto de proclamar en una manifestación pública que el pueblo dominicano debía estar advertido de la emergencia de partidos voraces que buscarían adueñarse del país.